La concejala de Cultura, Rosario Montero, y la directora general de Consumo, Comercio y Artesanía, María Dolores Alarcón, presentarán el miércoles, día 18 de diciembre, una muestra temporal de iconos bizantinos, organizada por el Museo del Teatro Romano y el Centro Regional de Artesanía.
La presentación tendrá lugar a las 11 horas en la sala de exposiciones del Teatro Romano de Cartagena, en la plaza del Ayuntamiento.
La exposición Mysterion. La visión de lo trascendente en Bizancio estará abierta hasta el 13 de enero de 2014, coincidiendo con la celebración de las fiestas navideñas. La muestra pretende trasladar al espectador la visión de la Navidad en Bizancio a través de tres iconos del maestro artesano de la Región de Murcia, Mariano Hernández, director del Taller de Iconografía Mhega.
El artesano recoge toda la tradición artística del icono para plasmarla en obras inspiradas en originales datados en épocas medieval y moderna. La muestra ha contado con la colaboración del investigador bizantinista, Jaime Vizcaíno.
En ella se podrá contemplar el icono de la Anunciación que toma como prototipo una obra del artista Vlasis Tsotsonis, donde el arcángel viste una rica estola enjoyada similar a las llevadas por los emperadores bizantinos con motivo de las festividades. También el icono de la Natividad, inspirada en una tabla de la escuela del célebre artista ruso Andrei Rublev, datada en el siglo XV, y sigue la iconografía tradicional, fijada por escritos apócrifos como el Protoevangelio de Santiago (17, 3-18), de manera que la escena se ambienta en una montañña con una cueva central, donde yace acostada la Virgen tras alumbrar al Salvador, y por último el Trííptico de Las vidas de Virgen y Cristo que toma como modelo una obra datada a mediados del siglo XIII, conservada en el monasterio egipcio de santa Catalina del Sinaí.
El icono es una imagen sagrada que intenta representar lo invisible por medio de lo visible. La representación de fondos dorados, eliminando cualquier referencia al espacio y al tiempo, sugiere la luz celestial y simboliza su carácter divino. Los personajes aparecen representados en posición frontal huyendo de cualquier movimiento porque son perfectos y sólo la imperfección puede llevar al deseo de cambiar de estado.
Mariano Hernández recoge esta tradición artística y la traslada al Dodekaorton, el ciclo de festividades litúrgicas bizantinas, donde, precisamente, dicha fiesta, que conmemora el nacimiento de Cristo, ocupa un lugar principal. Así el mysterion, lo oculto, se hace visible.