Siete espadas traspasan su corazón y lágrimas de dolor recorren su dulce rostro, mientras en sus brazos, la Virgen de la Caridad sostiene el cuerpo de su Hijo Jesús muerto en la Cruz. Pero este fin de semana, las lágrimas de Nuestra Señora se han tornado en gozo y los siete dolores de su Corazón han sido vendados con el amor de los miles de cartageneros que la han acompañado en su visita a la parroquia de Santiago Apóstol de Santa Lucía, con motivo del Año Santo Jacobeo. A las nueve de la mañana partía el sábado la Patrona de Cartagena de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Caridad para recorrer en procesión los alrededores de la ciudad, acompañada por una multitud de cofrades, presbíteros y fieles, en dirección a la parroquia de Santiago Apóstol de Santa Lucía. Junto a la Dársena de Santiago, se celebró una Eucaristía Jubilar presidida por el Obispo de la Diócesis, Mons. José Manuel Lorca Planes, al que acompañaron algunos vicarios y sacerdotes diocesanos.
Mons. Lorca Planes agradeció a Dios esta Eucaristía, “en este Puerto por donde entró la Eucaristía”; “un puerto pequeño, pero grande en la historia, que adquiere un sentido especial en el día de hoy”- añadió. El Sr. Obispo recordó que, cuando el Apóstol Santiago se vio desanimado, fue Nuestra Madre quien acudió en su auxilio, animándole en su misión evangelizadora. “Lo que recibimos de la Santísima Virgen es el Ser”- afirmó. Conmemorando las palabras de Juan Pablo II, señaló que “en la Anunciación, María se abandona a la acción del Espirito Santo” y que “Ella es la que lleva la Palabra de Dios”. De este modo, animó a los feligreses a aprender de María “la virtud primordial de la fe”. Asimismo, remarcó la importancia de escuchar a Dios para continuar creciendo en la fe, pidiéndole fuerzas a María, para vivirla como Ella, nuestro Modelo. El Pastor explicó que María siempre dijo “sí” a Jesús y Él le encomendó ser nuestra Madre, escuchar nuestras súplicas. “Ella es participe del plan de Dios- aseveró.- Corredentora de nuestra gracia. Ella es Madre de Dios y revalorizó nuestra condición humana”.
El Sr. Obispo animó a los presentes a salir “con el corazón ensanchado”. Mons. Lorca comentó que “cada uno desempeña la caridad de la Iglesia, conquistados para el Corazón de Cristo”. Así, alabó la labor caritativa que están llevando a cabo algunas personas como es la actividad del Hospital de Caridad o la de Cáritas. “Nos apremia el amor de Él -precisó. - Por eso salimos al encuentro de Cristo, invitados a ser como María, felices.” “Somos herederos del gran tesoro de gracia que está en las manos de Dios”- alegó. “Felicidades Cartagena por este gran acontecimiento que nos hace ser felices. Porque aquí está Nuestra Madre”.
El sábado por la tarde se reunieron los niños para tener un encuentro con la Virgen, bajo el lema “María es nuestra estrella.” Posteriormente, se celebró un acto penitencial en el que todos los que lo desearon pudieron confesarse. También se organizó un encuentro con los Movimientos Eclesiales y un Encuentro de jóvenes, así como una Vigilia Parroquial que comenzó a las doce de la noche.
A las seis y media de la mañana abría ayer sus puertas la parroquia de Santiago Apóstol, donde aún se encontraba Nuestra Señora de la Caridad. Una hora y media más tarde, los cartageneros participaron el Rosario de la Aurora en honor a María. A continuación, tuvo lugar la Eucaristía de despedida, que estuvo presidida por el Vicario General de la Diócesis, D. Juan Tudela. Finalizada la Santa Misa, la “Reina y Madre de Misericordia” abandonaba Santa Lucía para regresar a su iglesia de La Caridad. Desde allí, Nuestra Santísima Madre sigue velando por cada uno de sus hijos, acogiéndoles con el mismo amor con el que acoge en sus rodillas a su amado Jesús.