Ni siquiera las inclemencias del tiempo pudieron frenar la IV Marcha Ganadera de La Azohía, que a pesar del molesto viento, con fuertes rachas, logró congregar a más de 140 personas, entre las que se sumaron el alcalde de Cartagena, José López, el diputado regional Andrés Pedreño, y representantes de varias asociaciones como Pilar Rubio, del Pacto por el Mar Menor y Héctor Quijales, de Ecologistas en Acción de Abarán, y que salieron todos juntos en excursión para completar un recorrido de ida y vuelta de un total de cuatro kilómetros entre la plaza del Pozo Egea y el cuartel de Campillo de Adentro –declarado Bien de Interés Cultural–, donde se encontraron con un rebaño de cabras, en una jornada de recuperación de las costumbres trashumantes de la zona.
En los cuatro años que lleva celebrándose esta marcha, la participación del público ha ido creciendo progresivamente, según explicaba Josué Pérez, miembro de la Asociación para la Defensa del Entorno natural de La Azohía (ADELA) y uno de los organizadores del evento. Fue precisamente él quien se puso a la cabeza de los excursionistas para guiarles a lo largo el recorrido e ir glosando las tradiciones y peculiaridades de cada punto del mismo.
No en vano, el objetivo de esta caminata, cuyo itinerario transcurría a través del Parque Nacional de La Muela-Cabo Tiñoso, es la reivindicación de que se pongan en valor las cañadas, que se protejan y que a los pastores se les permita recorrer estos antiguos caminos con sus reses sin ser multados, según explicaba uno de los mayorales participantes.
En definitiva, que se vuelva a reconocer como vía pecuaria esta ruta que en su día fue una vereda real que llevaba desde Mazarrón hasta el matadero de Cartagena, pasando por La Azohía, con varias paradas en pozos para que bebiera el ganado, dado que en 1953 el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente cambió las coladas y cañadas reales y ésta fue una de las que suprimió, quedando ésta sin protección ni deslinde, por estar ya poco transitada.
La jornada transcurrió con hermandad y las personas que se unieron a la marcha tuvieron la oportunidad de disfrutar de un paisaje único trufado de escenas de ensueño con los almendros en flor y un intenso aroma a romero, tomillo y lavanda, puesto que las últimas lluvias han hecho rebrotar la flora tan mediterránea de esta zona.
Josué Pérez destacó este buen ambiente, teniendo en cuenta que éste era uno de los principales fines que se perseguían con la organización de esta actividad, "juntarse los vecinos de la zona, rememorar la trashumancia de este rincón" y tratar de recuperar este entorno así como "su uso público" y lograr la "ampliación de la parcela" del Pozo Egea, que era un abrevadero que recogía el agua de las escorrentías de la rambla en tiempos de lluvias y se encontraba en un ejido de casi 8.000 metros cuadrados en el que antaño pastaban las bestias, según explicaba uno de los pastores allí congregados.
Ahora, lamentaba Pérez, "se ha construido" y "se han perdido los ejidos", por eso desde ADELA piden "que se tenga en cuenta en los planes urbanísticos que esto fue un abrevadero para el ganado, que este camino pueda ser considerado un brazo de la Colada del Cedacero, un cartel explicativo y ampliar con terrenos colindantes".
El alcalde de Cartagena, José López, por su parte, recordó que "el mantenimiento de estas coladas no depende del Ayuntamiento", aunque reconoció que desde el Consistorio sí se puede "ayudar a impulsar" este tipo de iniciativas. En relación a la recuperación del Pozo Egea y su plaza, señaló que debería habilitarse mejor, demarcarla, ponerle un cartel, "porque si no no se valoriza".
En la misma línea que Pérez, el primer edil destacó el "paseo por un entorno y un paraje preciosos", que invitó a todo el mundo a conocer, eso sí, "respetando el entorno". El alcalde aplaudió que esta actividad sirva "para volver a conocer parte del acervo cultural del pueblo, a través de sus tradiciones".
Asimismo, mostró su acuerdo con el aprovechamiento de estas cañadas por parte de los ganaderos, entre otras cuestiones para "cuidar el propio monte" y la prevención de incendios. "El uso del ganado de manera sostenible con el medio ambiente es ideal, es muchísimo mejor que la maquinaria pesada", argumentó, y en relación con esto abogó por "buscar el punto de equilibrio".
De regreso al punto de inicio, una degustación de productos de la zona y un arroz vegetal, acompañados de un vino moscatel y la actuación improvisada del cantautor murciano Jesús Cutillas, con temas sobre tradiciones murcianas y la especulación urbanística en los espacios naturales, cerraron los actos de una jornada de recuperación de las tradiciones ganaderas que crece cada año.