El nuevo arquitecto por la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) Alberto Moreno propone en su Trabajo Final de Grado utilizar la llegada del AVE a Cartagena para integrar los barrios del este de la ciudad mediante una ampliación de la actual estación de ferrocarril y la remodelación de su entorno.
"Actuar en la Estación se contempla como una oportunidad para resolver los problemas del centro, lo cual parece mejor que trasladarla a la zona de Mandarache", defiende el alumno ya titulado en alusión al emplazamiento escogido por Adif como destino del tren de alta velocidad.
El proyecto del estudiante gira en torno a un intercambiador de transporte, en el que convivirían pasajeros del AVE, de los trenes convencionales, de autobuses y de taxis al tiempo que “favorecería nuevas formas de movilidad, la nueva estación estaría equipada con zonas para fomentar el servicio de vehículos compartidos a través de aplicaciones como ‘Bla Bla car’, con instalaciones que facilitarían el uso de bicicletas y coches eléctricos", explica Moreno.
La nueva estación estaría conectada por una plataforma con la carretera de La Unión, de este modo se podría salvar la actual diferencia de alturas y se diluirían las barreras físicas entre los barrios del Ensanche y Los Mateos. Para ello, también sería preciso reconvertir el primer tramo del FEVE consiguiendo que su trazado fuera permeable, “el soporte de sus vías habría de ser, en esta zona, similar a los de los tranvías, que no bloquean el paso”, ejemplifica el estudiante de la Escuela de Arquitectura y Edificación.
El trabajo, dirigido por el profesor de la UPCT Pedro García Martínez, también contempla el soterramiento de las vías desde el puente de Torreciega, para “permitir la expansión natural de la ciudad hacia el Este”. En los suelos liberados se plantarían árboles para crear un gran pulmón urbano que en este caso estaría conectado, incluso, con la vía verde del barrio Peral.
El nuevo edificio sería de grandes dimensiones, pero dialogaría con la estación histórica “retranqueándose respecto de su fachada principal, sin superarla en altura, manteniendo una relación de respeto”, comenta el ya arquitecto. Una “cubierta habitada”, una nueva plaza pública en la parte superior de la intervención que se convertiría en un referente visual para estos barrios es uno de los elementos destacados de un proyecto “resiliente, cuya organización interna sería flexible para adaptarse a las necesidades programáticas y sociales futuras del lugar en el que se localiza", concluye.