En la mañana de hoy se ha conocido que un extrabajador de la desaladora de Escombreras ha afirmado, en su declaración prestada el pasado 16 de junio ante agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) que el medidor de arsénico en la desalinizadora fue manipulado de forma voluntaria durante años al objeto de ofrecer de manera constante el mismo dato.
Ante este hecho, el alcalde de Cartagena, José López, ha declarado que si el proyecto de la desaladora era un asunto turbio desde el principio, las revelaciones que vamos conociendo lo convierte en un escándalo mayúsculo.
Ya no se trata de las dudas acerca de su adjudicación, su gestión, su precio o su utilidad; se trata de la salud de las personas.
El primer edil ha precisado que si antes era obligado aclarar si el agua que se tomaba era la idónea, ahora es imprescindible aclarar a los ciudadanos si los controles eran los oportunos y si se ha suministrado al consumo humano agua descontrolada de lodo voluntario y que podría contener arsénico.
José López ha recordado que hace meses decidí que en Cartagena no se consumiría agua cuya calidad estuviera en duda. Por eso, lanzo un mensaje de tranquilidad a la población, pero también uno de firmeza, puesto que seguiré colaborando con la Fiscalía y los tribunales en todo lo necesario para el esclarecimiento de este asunto. También como alcalde y consejero de la Autoridad Portuaria exijo explicaciones públicas a todas las partes implicadas, ya sean técnicos, políticos y empresas en el ciclo del agua que desde la desaladora hemos consumido los cartageneros, ha finalizado el alcalde.