El 20 de noviembre de 1989 se aprobó la “Convención sobre los Derechos del Niño”, por lo que en esta fecha se celebra en todo el mundo el Día de la Infancia. Esta Convención es un tratado internacional que reconoce los derechos humanos de los niños y las niñas, definidos como personas menores de 18 años, y que obliga a los gobiernos a cumplirlos.
Desde la Asociación “Colectivo GALACTYCO” insisten en la gran importancia que tiene la educación en diversidad desde edades tempranas. Tal y como afirma Alberto Alba, Presidente de este colectivo: “en muchas ocasiones, las agresiones se producen no ya solo por ser miembros del colectivo LGTBI, sino también por presentar características físicas o expresiones de género diferentes a lo socialmente aceptado, o bien por procedencia geográfica diversa. Es por ello, que cuando hablamos de educación en diversidad LGTB incluimos, por supuesto, la formación en valores de respeto a la diferencia”.
Hace unas semanas los medios de comunicación se hicieron eco de una lamentable agresión homofóbica que tuvo lugar en nuestra ciudad, en la cual, a la salida de un instituto , un niño de 13 años agredió a otro de 11 años que tuvo que ser ingresado e intervenido quirúrgicamente debido a las lesiones. Testigos del suceso contaron que “el agresor le decía muchas veces maricón y se metía con él por eso”. Estos hechos de violencia por LGTBIFOBIA se repiten con demasiada frecuencia entre nuestros menores.
Según la Federación de Lesbianas, Gays, Trans y Bisexuales (FELGTB) “la LGTBIfobia sigue siendo el primer motivo de acoso escolar en España, y si a esto se le suma el amplio uso que los menores hacen de las redes sociales, añadimos que los problemas no están únicamente en el colegio sino que las víctimas son perseguidas a través de sus redes día tras día”, y es que según una reciente encuesta elaborada en el marco del proyecto europeo Speak Out, casi el 70% de las personas LGTBI ha sufrido violencia LGTBIfobia a través de las redes sociales en los últimos cinco años.
Uno de los derechos enunciados en la Convención sobre los Derechos del niño trata sobre la educación (artículo 29), que según relata: “deberá estar encaminada a inculcar al menor el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales, así como prepararlo para asumir una vida responsable en una sociedad libre, con espíritu de comprensión, paz, tolerancia, igualdad de los sexos y amistad entre todos los pueblos, grupos étnicos, nacionales y religiosos y personas de origen indígena”.
La Vocal de Familias del Colectivo GALACTYCO, Cristina Venegas, afirma que “es este artículo, este espíritu, el que creemos que se debe hacer llegar a nuestros menores, por ello estamos trabajando en una campaña que haremos pública el 20 de noviembre y con la que queremos lanzar un mensaje claro: los prejuicios, desprecios, insultos, acosos, malos tratos… se deben dejar atrás, que una re-educación en valores de respeto y tolerancia nos permitirá unirnos, querernos, entendernos y apoyarnos. Los menores tienen derecho a ello y las Administraciones Públicas tienen la obligación de ofrecerla. La experiencia nos demuestra que el odio se erradica con una educación en diversidad y valores de respeto”.
Los menores pasan gran parte de su tiempo en la escuela, por ello la formación del profesorado para atajar la violencia en las aulas es un eje fundamental, para evitar que en ningún caso se normalicen situaciones de acoso por LGTBIfobia, ni se escondan bajo el manto de “son cosas de niños”. La comunidad educativa tiene una gran responsabilidad que debe asumir día a día, con protocolos específicos de actuación a través de los cuales el menor acosado se sienta plenamente respaldado y el menor agresor pueda acceder a un programa de reeducación.
En este sentido, Mar Tornero, Vicepresidenta del Colectivo GALACTYCO, apunta que “la Ley de Igualdad en la Región de Murcia, aprobada hace más de 4 años, contempla no solo la formación de los profesionales de la enseñanza, sino la obligatoriedad de la formación en diversidad a todo el alumnado. Sin embargo, la Consejería de Educación de la Región de Murcia, no sólo ha incumplido con lo comprometido en esta ley, sino que ha trabajado por incumplirla. En el curso 2019/2020 impuso el pin parental para impedir la universalidad de la formación en valores de respeto a la diversidad, imposición que en su momento recurrimos exigiendo el cumplimiento de toda la legalidad vigente en materia educativa, tanto nacional como internacional, que va en consonancia con la Convención de los Derechos del Niño. Y ante este atroz suceso de violencia por homofobia, volvemos a insistir en que el gobierno regional debe ponerse a aplicar con urgencia la legislación vigente.”
Notable importancia tiene también el papel de las personas que presencian la agresión. El silencio siempre va a ser interpretado como una aceptación de la violencia por parte de la víctima, generando una doble agresión: la de la pasividad del entorno que con este silencio se convierte en cómplice.
Para finalizar, Cristina Venegas matiza que “Se debe manifestar explícitamente el rechazo a la agresión y el apoyo a la víctima, y no únicamente quien lo presencia, sino la sociedad en su conjunto, incluyendo instituciones políticas y educativas, así como los medios de comunicación”.