Un centro multiconfesional con forma de flor para albergar hasta diez pétalos espacios de oración, estudio y retiro espiritual de otras tantas religiones es la propuesta con la que ha concluido el grado en Arquitectura en la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) la estudiante murciana Ana Ruiz Carreño, que pretende dar así respuesta a la creciente diversidad multicultural.
“El desconocimiento de otras culturas y religiones genera inseguridad, porque sólo nos llegan sus expresiones más extremistas”, razona la joven arquitecta, que propone este inmueble como un lugar de reflexión, debate y respeto entre quienes tienen creencias distintas.
Alejado de los acelerados ritmos urbanos, el centro se situaría en el caravaqueño caserío abandonado de Retamalejo, muy cerca de la frontera autonómica con Andalucía, buscando también revertir el progresivo abandono de las áreas rurales. “Sería interesante que un nuevo itinerario de la Vera Cruz pasara por el centro”, sugiere la alumna de la Escuela de Arquitectura y Edificación.
Huertos urbanos para autoconsumo forman parte igualmente del complejo, que está pensando para dar cabida a las diez confesiones que tienen lugares de culto en la Región de Murcia: católicos, musulmanes, evangelistas, testigos de Jehová, ortodoxos, budistas, adventistas, sijistas, mormones y seguidores de la fe Baha’i.