Peligro evitable. El Partido Cantonal de Cartagena denuncia que la base de la valla de hierro que rodea el Parque Antoñares de Los Barreros está podrida y oxidada y, por lo tanto, apenas tiene sujeción ya con el suelo. De hecho, un tirón hacia abajo de los barrotes mueve sobremanera la reja y denota de inmediato el riesgo de derrumbamiento de la misma. Varios vecinos han comunicado esta circunstancia al PCAN y temen que en estos días de mucho viento la verja de dos metros y medio de altura ceda y caiga sobre los viandantes. Si este vallado de grandes dimensiones acaba en la acera tendría fatales consecuencias sobre quien pasara en ese momento por el exterior del parque. Los residentes muestran especial preocupación porque por la tarde el recinto acoge a gran cantidad de niños. Incluso, en la inconsciencia de la edad, algunos se balancean colgados a los barrotes, por lo que las personas que viven en las casas de enfrente del parque temen una desgracia inminente.
La Asociación de Vecinos San Francisco Javier de Los Barreros ha comunicado en innumerables ocasiones esta circunstancia al Ayuntamiento de Cartagena. Pero, más allá de buenas palabras, los concejales de turno no han puesto solución alguna. En este sentido, el colectivo vecinal entregó a la Concejalía de Infraestructuras un proyecto de rehabilitación completa de la reja en 2015. Fuentes vecinales incluso aseguran al Partido Cantonal de Cartagena que desde que la asociación de vecinos dejó en manos del Ayuntamiento el mantenimiento del jardín hace cinco años su estado ha empeorado de forma significativa.
Los parques de Los Barreros destacan en los medios de comunicación por su falta de conservación de forma recurrente. El propio Parque Antoñares tiene unas pistas polideportivas en una situación deplorable cuyo arreglo ha salido a la luz sin éxito en el Pleno municipal en varias ocasiones. Con la pista resquebrajada y las vallas retorcidas y oxidadas en varios lugares, resulta un peligro cualquier práctica deportiva.
Por su parte, el Parque Escipión, junto al colegio, muestra la dejadez más absoluta. Y ello después de que el Ayuntamiento de Cartagena prometiera su remodelación en varias ocasiones. Ya en 2020, la alcaldesa Ana Belén Castejón garantizó la reforma del mismo con el Presupuesto municipal de ese año. Fueron palabras vacías. Su sucesora, Noelia Arroyo, planteó una ambiciosa intervención en 2022 ligada a fondos europeos que incluso aprovechaba el agua de lluvia. El dinero nunca llegó de Bruselas. Y ahora, otra más, incluye su renovación integral en el proyecto ReCrea que dependerá de nuevo de la financiación europea si llega.