De la retahíla de proyectos que llegan a los cartageneros sin pausa y quedan después en nada, algunos de ellos causan especial dolor por su importancia. El Partido Cantonal de Cartagena denuncia el estancamiento que sufre la recuperación del cerro de San José y las antiguas instalaciones del Club Santiago en pleno casco histórico de la ciudad. Unas altas vallas de hormigón separan los 19.000 metros cuadrados de superficie de esta amplia parcela, que comprende la calle Sor Francisca Armendáriz, la calle Pedro Martín Zermeño (al lado del Mercadona de la calle Carlos III) y la residencia universitaria Micampus (antiguo edificio administrativo municipal), de los vecinos de Cartagena. Por ello, Ayuntamiento, Comunidad Autónoma y Universidad Politécnica de Cartagena prepararon un ambicioso plan de apertura de este espacio a la ciudadanía. Una idea genial y necesaria que, como otras tantas, ha quedado en el limbo. Ni la institución académica ni las administraciones local y regional han movido un dedo al respecto pese a la rutilante presentación de hace un año.
De entre las propuestas expuestas para la zona, la más atractiva para los cartageneros radica en la habilitación de un gran eje ajardinado libre de barreras arquitectónicas desde las espaldas del Centro de Interpretación de la Muralla Púnica hasta la residencia y la propia posición del antiguo club sociodeportivo del Ejército de Tierra. El Ayuntamiento de Cartagena llevaría a cabo esta iniciativa después de la cesión del terreno por parte de la UPCT. Trámite pendiente también y sin avance alguno. La propia alcaldesa, Noelia Arroyo, destacó la importancia de esta actuación municipal que abriría un nuevo pulmón verde para los cartageneros a través de nuevos accesos por la falda del cerro.
La Universidad Politécnica de Cartagena y la Comunidad Autónoma acometerían por su parte la construcción de un nuevo edificio de servicios administrativos y un completo complejo deportivo, de uso de universitarios y resto de la ciudadanía, después de la demolición de los antiguos inmuebles militares sin valor patrimonial. Estas dependencias acogerían una piscina cubierta, un gimnasio y pistas polideportivas para la práctica de pádel, tenis y voley-playa.
El Ministerio de Defensa dejó en manos de la UPCT todo el entorno en 2009 y desde entonces ha quedado como una zona desaprovechada tanto para la comunidad universitaria como para los vecinos de las inmediaciones muy necesitados de espacios deportivos y de sitios de ocio al aire libre.