Como la boca de un lobo. El Partido Cantonal de Cartagena exige más iluminación en la calle Alfonso XIII de Los Dolores. Numerosos vecinos han comunicado al PCAN que hay demasiada distancia entre las farolas y quedan tramos obscuros por esta circunstancia de principio a fin de la principal arteria del barrio más poblado de Cartagena. Los residentes también denuncian inseguridad ya que estas zonas sombrías resultan propicias para los robos. Además, estas aceras presentan un alto nivel de decibelios, por el trasiego continuo de coches hasta bien entrada la madrugada, que hace más impune aun cualquier actividad delictiva.
El Partido Cantonal propone que el nuevo contrato de alumbrado público, que prepara el Ayuntamiento de Cartagena para la renovación de todas las farolas del municipio durante los próximos doce años, dé prioridad a la más importante vía de Los Dolores. Ya sea a través del acercamiento de las luminarias unas con otras o mediante el aumento de la potencia de las mismas. De hecho, las farolas están intercaladas de izquierda a derecha, con la intención de garantizar la iluminación, pero la única realidad radica en que la luz de la unidad de enfrente apenas llega al otro lado de la calzada. Motivo que crea la penumbra.
Algunas partes de la extensa calle salvan esta situación mediante la intensa luz que emana de algunos establecimientos comerciales como aquellos dedicados a las apuestas deportivas y juegos recreativos o incluso algunos bares. Lo que agudiza el problema, por el contrario, en aquellos sitios en los que no hay bajos comerciales o permanecen cerrados como los que pertenecieron a sucursales de entidades de ahorro. Los habitantes también muestran su preocupación porque la percepción de peligrosidad aumenta desde este fin de semana que ha llegado el cambio de hora de otoño y los rayos del sol desaparecen poco después de las seis de la tarde.