Esta declaración espera servir también como medida de protección y promoción de esta práctica tradicional entre las nuevas generaciones
La Consejería de Turismo, Cultura, Juventud y Deportes, a través de la Dirección General de Patrimonio Cultural, ha iniciado el expediente para la declaración como Bien de Interés Cultural de los bolos cartageneros. Ha sido tras estudiar la solicitud presentada por el Ayuntamiento de Torre Pacheco fundamentada en la arraigada tradición de este juego en la comarca de Cartagena, su singularidad y antigüedad, cuyo origen se remonta al siglo XV, y como medida de protección y promoción de esta práctica tradicional entre las nuevas generaciones, evitando el riesgo de que se desvirtúe o desaparezca.
Aunque no está claro su origen, se considera, según Federico Casal, que se comenzó a jugar a principios del siglo XVI. El actual juego de bolos cartageneros se corresponde con el denominado bolos a palillos, modalidad establecida a principios del siglo XX que vino a reemplazar la anterior modalidad denominada bolos largos, que utilizaba campos de más de 200 metros de longitud donde se colocaban sólo tres bolos.
Las normas del juego de bolos cartageneros aparecen recogidas en Reglamento Bolos Cartageneros, redactado por Pedro Caparrós Manzano y editado en Cartagena en 1998.
El terreno de juego se denomina boliche, y debe ser duro, de tierra apisonada, para permitir el discurrir de las bolas, con unas dimensiones entre 72 x 8 metros y 90 x 11 metros. Normalmente, el extremo del boliche estará delimitado por el palmero, tronco de palmera, adecuado para contener la trayectoria final de la bola.
Importantes aspectos patrimoniales
El procedimiento para la declaración como Bien de Interés Cultural se hace en la categoría de carácter inmaterial, ya que esta práctica deportiva representa un importante valor de identidad cultural en la comarca del Campo de Cartagena, empezando por la singularidad propia del juego, exclusiva de esta zona.
Los elementos materiales vinculados a esta práctica refuerzan la singularidad del juego de bolos cartageneros y su identidad con el territorio, al utilizar materiales propios y característicos de la comarca, como el jinjolero, la láguena minera o los troncos de palmera.
La tradición de los bolos cartageneros implica todo un vocabulario específico que supone, por sí mismo, un importante valor cultural, merecedor de la adecuada protección para evitar su caída en desuso.
Se trata, por tanto, de una práctica arraigada en el tejido social de la comarca de Cartagena, y se espera tras esta incoación poder plantear la adopción de medidas de valoración y difusión entre los más jóvenes para evitar su decadencia.