Hasta el año que viene. El yacimiento Cardo Máximo, en la plaza Serreta, cerró el mes pasado sus puertas hasta la primavera de 2025 que comience de nuevo la ruta guiada "Caminos de Roma", de la que forma parte junto a la Casa de la Fortuna, el Barrio del Foro Romano y el Teatro Romano. Es decir, sólo abre algunos fines de semana de tres meses al año y permanece cerrado los otros nueve meses restantes. El Partido Cantonal considera que este monumento, en cuya restauración gastó el Ayuntamiento de Cartagena 60.000 euros, está infrautilizado y, por lo tanto, pide que forme parte de la red de museos de Puerto de Culturas junto a la Muralla Púnica, Augusteum, el Castillo de la Concepción, el Fuerte de Navidad, el Museo-Refugio de la Guerra Civil, el Museo del Foro Romano, la Casa de la Fortuna y el Museo del Teatro Romano.
De hecho, y pese a la importante inversión municipal, muy pocos cartageneros conocen esta calzada romana. La única opción radica en esta ruta guiada de "Caminos de Roma" que presenta reserva mediante formulario on line a través de la página oficial del Ayuntamiento. Plazas que vuelan, por su escasez en número, en apenas dos minutos y medio después de la apertura de solicitudes y que deja sin opciones a aquellas personas con pocas destrezas informáticas o que trabajen a las nueve de la mañana cuando abre el plazo de peticiones los días señalados a tal efecto.
Este casi inédito centro de interpretación, tanto para autóctonos como foráneos, conserva una calzada porticada que daba acceso a Carthago Nova desde el norte y dividía el espacio urbano en dos mitades. La vía romana conserva la canalización subterránea, así como los restos del empedrado típico de una calle púnica, por lo que data su antigüedad más allá de la civilización latina. Dos grandes murales representan el pórtico que protegería a los viandantes de esta calle. Destaca la recreación de la época de forma sonora con ruidos propios del enclave como carros, bullicio de gente o niños que juegan en la calle, entre otros. Unjuego de espejos crea un efecto ópticoque, junto a la pintura mural, busca la inmersión de las personas en el yacimiento. Por último, unmural explicativoen un plafónretroiluminadode unos 5 metros cuadrados, recibe al visitante cuando baja las escaleras y le proporciona toda la información arqueológica del conjunto.