La mañana de ayer, sábado 20 de abril, personal de la almadraba de La Azohía (Cartagena), técnicos de ANSE y del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de El Valle (CARM) procedieron a la liberación de un enorme ejemplar macho de tortuga boba de más de 1 m de longitud y más de 80 kgs de peso, que había quedado atrapado en la última almadraba del litoral mediterráneo de la Península Ibérica.
Tras comprobar que el animal no tenía ninguna herida y se encontraba en buen estado veterinario se traslado en una embarcación a 1 milla al sur de la almadraba y fue liberado, sumergiendose y nadando con normalidad.
La marca metálica en una de sus aletas, y la lectura del microhip alojado en su interior, permitieron saber que se trataba del mismo animal que ya había sido capturado accidentalmente por primera vez por un arrastrero el 18 de octubre de 2023 en las costas de Castellón, cuando fue trasladado al Arca del Mar del Oceanografic de Valencia, donde ingresó con 80 kgs de peso y permaneció en recuperación hasta el 02 de enero de 2024, en que fue liberado en las costas de Peñíscola.
El animal iba provisto además de un dispositivo de seguimiento denominado pop-ups, instalado dentro de un “proyecto apoyado por la Fundación Biodiversidad del MITECO en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliciencia, financiado con fondos NextGenerationEU”, que se desprendió a los 2 meses de forma automática, y que ha permitido obtener valiosa información de sus movimientos por las costas mediterráneas.
La tortuga boba (Caretta caretta) es una especie catalogada como “Vulnerable” en el Listado de especies silvestres en regímen de protección especial y del Catálogo español de especies amenazadas, y como “En Peligro” para la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
La presencia de ejemplares machos adultos de tortuga boba en las costas del Sureste de la Península Ibérica no ha sido frecuente en el pasado. Tan solo existen unas pocas citas de capturas accidentales en artes de pesca, y observaciones realizadas a bordo de barcos de investigación del medio marino, como las realizadas desde el velero Else por la Asociación de Naturalistas del Sureste.
Precisamente, la captura en dos ocasiones y en muy pocos meses de este ejemplar macho de tortuga boba constituye una rareza en las costas españolas, y muestra los peligros a los que se enfrentan estos animales para sobrevivir y poder reproducirse en unas aguas con un intenso aprovechamiento humano desde hace milenios.
Pero también, la forma en que ha finalizado la captura accidental muestra la creciente colaboración del sector pesquero con entidades de conservación del medio marino y las administraciones responsables de la gestión de las especies amenazadas, dando una nueva oportunidad para la vida y reproducción de una especie que, ayudada probablemente por cambios en la temperatura de las aguas costeras, está aumentando significativamente su población reproductora en las costas mediterráneas occidentales.
ANSE, que ha trabajado en diferentes proyectos con esta y otras especies de fauna marina desde mediados de los años 90 del pasado siglo, destaca la colaboración que la dirección y el personal de Almadraba La Azohía viene mostrando desde hace años por evitar la mortalidad de especies protegidas y amenazadas cuando son capturadas accidentalmente en sus redes, mejorando el manejo de los animales para facilitar su liberación con el menor daño posible.
Durante los próximos meses, coincidiendo con el periodo de reproducción, la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia desarrolla el Programa Territorio Tortuga para el seguimiento y gestión de la reproducción de estos animales y evitar daños en los nidos.
Precisamente, durante el verano del año pasado se produjo una puesta en las playas de Isla Plana (Cartagena), muy próxima a La Azohía, tras varios intentos fallidos en años anteriores, aunque los huevos fueron trasladados a una nueva localización en las playas del Parque Regional de Calblanque.