Unos 200 romeros han acompañado este domingo 10 de marzo, un año más, a la Virgen de la Soledad del Monte Calvario hasta su ermita, donde a su llegada se ha celebrado una misa en su honor, a la que han asistido la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, que este año ha sido nombrada Madrina de Honor de la Virgen, y el concejal de Infraestructuras, Diego Ortega, elegido Romero de Honor.
El Ayuntamiento de Cartagena realiza cada año una limpieza y acondicionamiento de los accesos al santuario. En esta ocasión, la Cofradía solicitó una serie de reparaciones en todo el trazado de la romería, deteriorado por las escorrentías de agua, para que los romeros pudieran participar del vía crucis con más comodidad y seguridad.
Para ello, al acondicionamiento con tierra y zahorra que se suele hacer, los servicios técnicos municipales estimaron que la senda debería arreglarse con hormigón, por lo que se ha actuado en tres nuevos tramos del camino con este material. Además, se han podado algunos árboles en el camino de acceso rodado y se ha procedido a la limpieza de ambos caminos, de acuerdo a las peticiones realizadas por parte de la cofradía de la Virgen de la Soledad del Monte Calvario.
Asimismo, el Ayuntamiento ha mantenido entre la explanada del cementerio de Los Remedios y la ermita, desde las 10 de la mañana hasta la finalización de la romería, un servicio de transporte para persona con movilidad reducida o que no podían acceder andando al santuario.
Festividad de la Encarnación
La romería se hace cada año para celebrar la Festividad de la Encarnación del Hijo de Dios. Dos domingos antes del 25 de marzo, la imagen de la Soledad es bajada a hombros en unas sencillas andas hasta el barrio de Santa Lucía, donde el párroco y fieles le rezan un septenario durante esa semana en la Parroquia de Santiago Apóstol.
El viernes se realiza un Vía Crucis por las calles de Santa Lucía y tras estos actos de culto se vuelve a subir el domingo en romería hasta su sede, donde permanece el resto del año.
En la romería se acompaña a la Virgen durante cuatro kilómetros, primero desde la parroquia de Santiago Apóstol hasta la falda del monte, donde se prosigue rezando cada una de las Estaciones del Vía Crucis y cantando la Salve, mientras se rememora la Pasión de Cristo.