A pesar de que el pasado año comenzó con grandes proyectos para mejorar la movilidad y humanizar Cartagena, al iniciar 2024 constatamos que apenas se han ejecutado. Por eso nos cuestionamos, una vez más, el verdadero interés y compromiso de nuestros responsables políticos, por reducir la contaminación, impulsar un modelo de movilidad sostenible y adoptar medidas para mitigar los efectos negativos del cambio climático.
"Vayamos paso a paso -nos dice Fernando Tonda Mena, del colectivo ciudadano MoviliCT por Tu Salud-ni el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (CartaGO!) ni la Ordenanza de Zona de Bajas Emisiones, han conseguido disminuir los problemas de tráfico, debido a que apenas se han puesto en práctica las medidas que se recogían en ambos. Dichas medidas iban dirigidas a mejorar significativamente la peatonalización de las zonas urbanas, el transporte público, la accesibilidad y el aumento de carriles bici".
"Se parte de una premisa equivocada: considerar a Cartagena una ciudad sin problemas de contaminación. Esto nos lleva a que las medidas que se aplican, sigan promoviendo y facilitando el uso excesivo e indiscriminado del vehículo particular, en detrimento de inversiones y mejoras en modos de transporte sostenible. Sin embargo, a lo largo de todo el año, se han disparado en numerosas ocasiones los índices de NO2 y partículas PM10, lo cual ha llevado a declarar distintos niveles de alerta. Esto ha supuesto un incremento en problemas de salud para la población más vulnerable, mayores y niños, así como para personas afectadas de asma y otras patologías respiratorias. Aunque el polvo sahariano y la climatología pueden agudizar el problema, no son su causa principal. La contaminación se debe a las emisiones de gases de la gran cantidad de vehículos a motor, de los cruceros que atracan en nuestro puerto y de los gases procedentes del valle de Escombreras, que arrastran hasta el centro de nuestra ciudad, los vientos de Lebeche. Adoptar más medidas de control sobre estas emisiones y aumentar la masa arbórea en todo el municipio, debería ser prioritario para nuestro Ayuntamiento", explica Paula Valdivieso Ferrándiz de Madres por el Clima.
"Para muestra un botón, llevamos trece años (un año con este último gobierno) esperando a que se coloquen las señales verticales informativas de la existencia de carril bici, en los cruces de intersección de distintas calles con la calle Juan Fernández. También está sin resolver la continuidad de este carril bici, en el cruce de Reina Victoria. Todos son buenas palabras, pero a la hora de la verdad seguimos como siempre, esperando. Lo mismo ocurre con algunos de los pasos de peatones semaforizados, que aún no funcionan ni el del Paseo de Alfonso XIII, ni en la Alameda de San Antón, ni el de la calle Sebastián Feringán, frente al Hospital Perpetuo Socorro. Además, no se han realizado como pedían los colectivos, ni conforme a las directrices del CartaGO ¡Al semaforizarlos y no sobreelevarlos, no se le otorga la prioridad al peatón, tal y como recoge el Plan de Movilidad Urbana Sostenible y Accesible de Cartagena", explica José Ángel Vivancos Román de la asociación Vía Libre.
"Otro asunto que nos preocupa es la falta de mantenimiento de las infraestructuras ciclistas y peatonales que se van construyendo. Es incomprensible que después del esfuerzo y dinero invertido, se permita que se deterioren, bien debido al paso del tiempo o a un uso indebido por parte de algunos conductores. Nos estamos refiriendo a la invasión de carriles bici, en la rotonda de Los Dolores y en la subida a Tentegorra, en las proximidades del colegio de la Rambla. Además, los vehículos privados de algunos trabajadores de Navantia, invaden la vía ciclable, recientemente realizada por el Ayuntamiento de Cartagena y financiada con fondos europeos, que va desde el puente del Bª de la Concepción hasta el puente de Navantia, por el margen izquierdo de la Rambla de Benipila. Por otro lado, tampoco sabemos qué va a ocurrir con el paso peatonal y ciclista que permitirá conectar Santa Lucía con el Hospital General Universitario del mismo nombre, atravesando la carretera CT33. Gracias a la insistencia de los vecinos/as, los centros educativos, los colectivos de movilidad y a la Demarcación de carreteras, se ha conseguido poner en marcha esta infraestructura que permitirá el acceso a los IES de la zona y al Hospital de una manera sostenible. El Ayuntamiento se comprometió a darle continuidad hasta el centro de la ciudad, pero hasta el momento, no se ha producido ningún tipo de obra que nos haga pensar que va a cumplir con su palabra", indica Eduardo Lucas Muñiz, de la asociación Bicue.
"Seguimos esperando la respuesta a nuestras peticiones de reunión con distintas áreas del Ayuntamiento. Dichas peticiones se hicieron a principios del pasado diciembre, a la alcaldesa y a los concejales Diego Ortega Madrid y José Ramón Llorca Manuel. Estos responsables municipales, entienden la participación ciudadana de una forma peculiar: una reunión cada seis meses de la Mesa de la Movilidad. En estas reuniones no se da tiempo a los colectivos para exponer sus argumentos y propuestas. Los meses pasan y mientras tanto, no se negocia con RENFE un cambio en la política para el acceso de bicicletas en la línea de ancho métrico. Tampoco se ha vuelto a hablar de la ampliación de esta línea a Cabo de Palos y el Mar Menor. Además, seguimos esperando que se lleve a término la ampliación de la línea 4, a través de un Icuebus, que daría servicio hasta la Iglesia del Bª de la Concepción... Tema a parte es la construcción de los parking disuasorios: uno ya construido en la zona del CC La Rambla, pero que inexplicablemente hay que volver a remodelar; y otro innecesario, en las proximidades de la rotonda de Severo Ocho, ya que a pocos metros está el aparcamiento del CC Mandarache", explica Susana Otón del colectivo ciudadano MoviliCT por tu Salud.