El sábado 22 de abril, en la clausura del XI Encuentro Literario de Autores en Cartagena, celebrado en el Museo del Teatro Romano, se hizo público el fallo del XI Concurso de Microrrelatos ELACT "Lola Fernández Moreno", patrocinado por la Universidad Popular y el Centro de Estudios Luna Cerezuela. Al acto asistieron el concejal delegado de Cultura, David Martínez Noguera, y Amalia Fernández, hermana de Lola, en representación de la familia, que mostró su satisfacción por el hecho de que la Universidad Popular, donde su hermana ejerció su actividad, se haya unido a este certamen.
El jurado, compuesto por Isabel Hernández Hernández, Jesús Boluda del Toro, Sonia Arenas Hinarejos y Antonio Parra, valoró los treinta y seis textos seleccionados, elegidos entre los 815 presentados al concurso, y eligió a los diez finalistas últimos: Mis razones, La tragafuegos, Denbita bislexia, La merienda, Las últimas serán las primeras, Dolor auténtico, Aparcamiento de hospital, Papiroflexia, La joya de la familia, y ¡Que vivan las fiestas patronales!
Tras una nueva votación, el jurado declaró ganador por unanimidad al relato LA TRAGAFUEGOS, de Elena Bethencourt Rodríguez. El premio, consistente en un trofeo y 500 euros, fue entregado por José Macián, en representación de la Universidad Popular de Cartagena, y por Silvia Marín, codirectora del Centro de Estudios Luna-Cerezuela.
El texto recoge con un gran lirismo la vida de una mujer, de cualquier mujer, tanto actual como universal, y la manera en la que es capaz de enfrentarse al mundo, al amor, a la familia, al trabajo, todo ello bañado por una magnífica alegoría en la que se habla de distintas disciplinas circenses.
Elena Bethencourt es tinerfeña, licenciada en Filología por la Universidad de La Laguna, Especialista Universitaria en Traducción Jurídica por la Universidad de Alicante y profesora de inglés. Amante de la lengua española y de los idiomas en general es una gran lectora de poesía desde muy joven y una gran aficionada al género del microrrelato, género que le ha proporcionado un buen número de premios literarios. La autora no pudo desplazarse para asistir a la entrega, por lo que envió un vídeo de agradecimiento en el que también leyó el texto ganador; el galardón fue recogido en su nombre por el escritor cartagenero Fernando Da Casa, amigo de la premiada.
La tragafuegos
Aunque desde la primera impresión sospechaba que el tiempo no mejoraría este circo, lleva décadas haciendo malabarismos para no herir a nadie. Mientras todos aplauden, ella se cubre la mueca de los labios con una sonrisa, como el payaso que vuelve a la función tras un funeral.
Camina descalza por el techo de la carpa para no despertar a su marido, el titiritero. Allí arriba deja que su ventrílocua interior le cuente las verdades que no se atreve a aceptar. Salta de trapecio en trapecio convencida de que, en las alturas, el peso de su tediosa vida tiene menos gravedad.
Cuando baja, anda por la cuerda floja de los días donde a veces pone a tender la colada. Pero ya no quiere ser la mujer bala que sale disparada cuando él la necesita, tampoco la equilibrista y, mucho menos, la leona domada que mira la vida tras los barrotes de su jaula de cristal.
No. Hoy ha encontrado por fin el trampolín que la lleva lejos de este circo, en concreto hasta una cama elástica donde una contorsionista le aviva ese fuego que, durante tantos años, se ha tenido que tragar.