Dejados de la mano de Dios. Así se sienten los padres y madres que residen en el centro histórico de Cartagena por la falta de asistencia médica a sus hijos. El Centro de Salud del Casco Antiguo lleva dos semanas sin pediatras. Las dos facultativas titulares están de baja y la Consejería de Salud no ha cubierto sus ausencias con sustitutos. Los progenitores se quedan a cuadros cuando, ante cualquier patología por benigna que sea, los auxiliares administrativos del ambulatorio envían a los niños enfermos al Urgencias del Hospital de Santa Lucía. "Ellos ya están informados de nuestra situación. No les van poner ninguna pega", aseguran en el mostrador. La aplicación informática también alerta de que no hay citas disponibles para ningún día. Como es lógico, cuando en el hospital reciben a pequeños con enfermedades no críticas, los mismos permanecen mucho tiempo de espera para su atención y llega el inexorable colapso a todo el servicio.
El Centro de Salud Cartagena Casco Antiguo atiende a más de 20.000 residentes en el centro histórico de la ciudad y parte del Ensanche, en concreto toda la zona que abarca desde los números pares del Paseo Alfonso XIII hasta el mar, incluido el Sector Estación. Más de 2.000 tarjetas sanitarias pertenecen a niños que acuden al área de Pediatría que durante dos semanas tiene su acogedora sala de espera vacía, en la planta baja, por la inexistencia de médicos.
Este centro de salud fue construido en 2010 en la confluencia delas calles Cuesta del Maestro Francés, Adarve y San Vicente y cuenta con 3.200 metros cuadrados de superficie, distribuidos en tres plantas y sótano, con diseño del arquitecto cartagenero Andrés Cánovas. "Unas modernas instalaciones con dos excelentes pediatras que si enferman a la vez dejan a centenares de niños sin que nadie pueda curarlos y sin que la Administración regional haga nada para remediarlo en una situación tercermundista", se queja Antonio Conesa, secretario de organización y candidato a la Alcaldía por el Partido Cantonal de Cartagena.