Tras un arduo proceso de restauración que ha durado seis meses, el Cristo de Lepanto ha vuelto a Cartagena, “a su casa, la Iglesia de Santa María de Gracia, donde se va a estudiar la forma de poder proteger la figura y conservarla aún mejor”, tal y como ha expresado la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, durante la recepción, este viernes 14 de octubre, de la talla de marfil en el templo.
En este acto le han acompañado el consejero de Turismo, Cultura y Deportes, Marcos Ortuño, el Obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, y el director del Centro Regional de Restauración, Javier Bernal, quien ha hecho hincapié en la complejidad de los trabajos que se han llevado a cabo sobre la escultura, tanto por la dureza del material, marfil, que no es frecuente encontrarlo en la región, como por el criterio a la hora de restaurar la imagen, “no hemos rehecho los dedos que faltan porque ya nos llegó sin ellos, no tenemos información ni fotografías de cómo eran y se trataba de inventar algo, pero hemos optado por un tratamiento muy museístico, sin añadir nada creativo sobre lo que no tuviéramos datos”.
Así, los trabajos han consistido en llevar a cabo un proceso de limpieza, se han unido bien los brazos, se ha reestructurado la imagen y se han repuesto faltantes en determinadas zonas, manteniendo la cruz, que no es la original, y cambiando los clavos, que estaban estropeados.
Con esta actuación, señalaba Marcos Ortuño, queda patente uno de los objetivos del gobierno regional, “la recuperación y conservación de nuestro patrimonio artístico, cultural e histórico, para lo cual es fundamental la labor que se realiza desde el Centro Regional de Restauración”.
Además, el consejero ha anunciado el cambio de sede del Centro, que en los próximos meses se trasladará al edificio de La Conservera en Ceutí.