Caos en la lucha contra la covid. Cartageneros de entre 75 y 79 años acudieron ayer jueves al pabellón de Cabezo Beaza después de que, a principio de semana, recibieran una llamada de teléfono del Servicio Murciano de Salud con la notificación de su cita para la vacuna. Tras una prolongada espera en las puertas del recinto deportivo, muchos de ellos regresaron a sus domicilios sin la inoculación del fármaco ya que no figuraban sus nombres en la relación de ese día. El malestar era evidente ya que algunos solicitaron el servicio de taxis o la ayuda de familiares cercanos desplazamiento al polígono industrial por su avanzada edad.
Los casos, a los que ha tenido acceso el Partido Cantonal de Cartagena, pertenecen al centro de salud Virgen de la Caridad, más conocido como el Parchís. Según detallan los propios perjudicados, les comunicaron vía telefónica la fecha y la hora del pinchazo. La funcionaria aseguraba que llamaba desde Murcia y que no era una técnico del ambulatorio de atención primaria de la calle Cabrera. Queda así evidente la descoordinación en la Consejería de Salud entre el proceso de citación y el lugar de vacunación masiva que tiene, en última instancia, la responsabilidad de inmunización de los cartageneros. Los propios sanitarios del complejo de Cabezo Beaza solucionaban en parte el problema con una notificación definitiva para la semana próxima.
"Esperemos que esta vez sea de verdad y no hagamos el viaje en balde de nuevo", se quejaba un septuagenario residente en las inmediaciones del Paseo Alfonso XIII y con alto grado de enojo. Según expresaron al PCAN algunos de ellos, en la conversación telefónica que mantuvieron en su terminal particular les informaron que recibirían la inyección de la farmacéutica norteamericana Pfizer.