Ya ha terminado la restauración del Panteón de la familia Pedreño y Deu, en el Cementerio de los Remedios. En los trabajos, que comenzaron durante el verano, se han ejecutado varias actuaciones con la finalidad de devolver la edificación a su estado original.
Se han restaurado tanto los muros exteriores como las esculturas que lo flanquean y que representan a las tres gracias teologales (Fe, Esperanza y Caridad). Todos estos elementos están construidos en piedra caliza, un material natural muy poroso, lo que ha propiciado su deterioro con el paso del tiempo, la brisa del mar y la contaminación.
Así, la obra ha consistido en la rehabilitación de los muros exteriores, las coronas y los óculos que rematan la edificación. También se han restaurado las tres esculturas, se han reparado las columnas de piedra natural del pórtico de acceso al panteón, el muro de sillares, también de piedra natural, y las cubiertas. Además, se ha rehabilitado la rejería artística que rodea el panteón, que había sufrido también las consecuencias de la humedad.
Los trabajos se han acometido con la dirección de la doctora en arquitectura y especialista en arquitectura funeraria, María José Muñoz Mora, y han contado con la colaboración de la Universidad Politécnica de Cartagena, a través de la Escuela de Arquitectura.
La rehabilitación de este panteón propiedad del Ayuntamiento de Cartagena incluyó, en primer lugar, la limpieza general exterior, y la impermeabilización de las cubiertas.
Otra de las actuaciones que se han llevado a cabo es la recomposición volumétrica de elementos como cornisas rotas, decoración escultórica o remates, tras lo cual se le aplicó un tratamiento biocida para evitar la proliferación de bacterias en el interior de la piedra.
Por último, se ha tratado toda la envolvente de la edificación con un tratamiento de consolidación e hidrofugante. Además, se han cerrado las aperturas que tenía la edificación, tapando los óculos de la linterna y la puerta de acceso con mallas metálicas, de forma que no se impida la ventilación del interior, pero impidiendo el acceso a animales salvajes.
“El Cementerio de los Remedios destaca por su arquitectura, en la que se suceden sus espectaculares panteones repletos de arte, con los modestos enterramientos a nivel de suelo, lápidas, esculturas y jardines. Entre ellos destaca el Panteón Pedreño, una de las joyas arquitectónicas del cementerio, que ya ha sido restaurado”, ha remarcado la alcaldesa y concejala del área de Patrimonio Arqueológico, Ana Belén Castejón.
“Se han realizado unos trabajos exhaustivos que nos han permitido ponerlo en valor; desde ahora, podremos admirarlo rehabilitado cada vez que visitemos el primer cementerio municipal que se construyó en Cartagena”, ha señalado.
Sobre el Cementerio de Nuestra Señora de los Remedios
El cementerio de Nuestra Señora de los Remedios fue inaugurado en 1868 y se alza actualmente como un cementerio monumental de tipo camposanto mediterráneo, con un acceso que dirige hacia un paseo bulevard central a cuyos lados se encuentran los monumentos principales y con una iglesia a mitad de eje.
En el cementerio podemos encontrar expresiones de los principales estilos arquitectónicos del pasado. Las familias mineras más importantes de la Cartagena decimonónica construyeron sus mansiones en el centro de la ciudad y sus villas en el campo de Cartagena, y no quedaron ajenas a esta tendencia sus moradas silentes, ejecutadas por los arquitectos más importantes del momento, como Carlos Mancha Escobar o Víctor Beltrí, entre otros.
Sobre el Panteón Pedreño
Construido en 1872 por la familia Pedreño, es obra del arquitecto Carlos Mancha Escobar y del escultor Francisco Requena y reproduce la composición del panteón romano con torre cilíndrica central y linterna rematada con una piña. Está situado en el margen izquierdo del paseo central del camposanto y está inspirado en el que poseía la familia Boode en el cementerio parisino de Pere Lachaise.
En la fachada principal, enmarcando la puerta, se abre un pórtico sobre columnas dóricas y arco de medio punto, coronado con un frontón con el nombre de la familia. Se remata con cornisa almenada y coronamiento con pirámide escalonada. Todo el conjunto está decorado con motivos vegetales. Frente a la fachada y sobre el frontón aparecen tres esculturas que representan las tres virtudes teologales, atribuidas al escultor Francisco Requena.