Buscar empleo, mejorar la calidad de vida, huir de las guerras y de las hambrunas, encontrar el amor, acceder a una mejor sanidad y educación son algunos de los motivos por el cual las personas deciden emigrar de sus país. Desde 2001, la Asamblea General de la ONU, ante el aumento de los flujos migratorios en el mundo, proclamó este 18 de diciembre el Día Internacional del Migrante, aunque ya en 1990, se comenzó a dar los primeros pasos con la Convención Internacional sobre la protección de los derechos de todos los trabajadores migratorios y de sus familiares.
Cartagena se suma este miércoles a la celebración de este día con la lectura del manifiesto en la escaleras del Palacio Consistorial. Este acto institucional, organizado por la Concejalía de Servicios Sociales, ha contado con la asistencia de la vicealcaldesa y concejala de Bienestar Social, Noelia Arroyo, el segundo teniente de alcalde, Manuel Padín y la edil delegada del área de Servicios Sociales, Mercedes García. Han estado también los concejales de la corporación municipal, José López, Isabel García, Pilar Marcos y Aurelia García, además de técnicos de la Concejalía y representantes de las asociaciones CEPAIM, Rascasa, Alraso, ACEEM, Cáritas La Palma, Murcia Acoge, Columbares, Proyecto Abraham y de la Federación de Asociaciones de Vecinos.
La vicealcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, ha explicado que el objetivo de este día es “recordar a a la ciudadanía que los inmigrantes, tantos los que llegan a nuestras costas como los que emigran desde España a otras partes del mundo, son personas y por tanto, son dignas y están sujetas a los Derechos Humanos”.
Arroyo ha afirmado que “cuando renunciamos al reconocimiento de los inmigrantes como personas, a la compresión de su vulnerabilidad y a su integración como mecanismo de progreso social, la moral se convierte en ideología, ya que la culturas no se definen por su color de piel o el lugar de procedencia de las personas que las constituyen sino por el contenido de sus convicciones, la moralidad de sus elecciones y la justicia de sus conductas”.
Por eso, ha pedido a la ciudadanía que elija entre “crear una sociedad justa e igualitaria, en la que nosotros seamos ellos y viceversa o recrear una sociedad antagónica, injusta y desigual, una idea que tiene su máxima expresión en las actitudes o en los modos en que los autóctonos tratan a los que consideran 'los ellos', aquellos de los que se dicen que no son como nosotros o se les utilizan como cosas que sirven, que tienen caducidad, los desvaloramos haciéndoles perder su humanidad creando un abismo en nosotros”.
A estas palabras, se ha sumado la concejala delegada de Servicios Sociales, Mercedes García, que ha señalado que “los menores que están aquí sin familia son vulnerables y necesitan mayor protección al igual que las mujeres que son explotadas sexualmente y sufren agresiones machistas como también los trabajadores del campo y los sin techo”.
Para lograr esto, García ha destacado que “lo primero que hay que hacer es reconocerlos, integrarlos y empoderar a todos los inmigrantes, convertirlos en nosotros y fijar como proyecto crear una sociedad más igualitaria y justa para todos, donde el capital principal que se aporte sea el humano, dejando a un lado los prejuicios”.
Bajo el lema 'Misma tierra, misma libertad', varias mujeres de diferentes culturas y etnias, procedentes de la Mesa Local de la Mujer Inmigrante, han puesto voz al manifiesto donde han pedido respeto, igualdad y ser reconocidos como personas como el resto de la ciudadanía no emigrante.
Mercedes García ha concluido afirmando que “hemos sido, somos o seremos emigrantes y que todos encontramos elementos que nos unen tales como los deseos de progresar, de buscar el bienestar de nuestras familias, de tener un mejor proyecto de vida sea donde sea será en la misma tierra, que no es exclusiva de nadie”.