Con una gran expectación fue recibido el filósofo Manuel Cruz, recientemente nombrado Presidente del Senado, en la pasada tarde de este miércoles en su charla '¿De qué hablamos cuando hablamos de regeneración democrática?' dentro del programa Cartagena Piensa de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena.
Previamente a su nombramiento como presidente, Manuel Cruz fue invitado a participar en el programa y no quiso faltar a su cita en Cartagena que se celebró en el salón de actos del Museo del Teatro Romano a partir de las 20 horas.
Fue antes de su intervención, cuando la alcaldesa en funciones, Ana Belén Castejón, lo recibió en el Palacio Consistorial junto al concejal de Cultura en funciones, David Martínez, cuando firmó en el Libro de Oro de la ciudad.
La cuarta autoridad del Estado fue presentada por Belén Rosa de Gea en su charla, miembro del Grupo Promotor de Cartagena Piensa, quien habló de su trayectoria académica, con más de treinta libros publicados, y como director de colecciones de publicaciones, así como la de pensador comprometido, como "filósofo de guardia", a través de múltiples colaboraciones mediáticas, y también con su participación personal en las instituciones políticas (antes de ser senador independiente en las listas del PSC, fue diputado por este mismo partido).
Manuel Cruz realizó una intervención analítica desde su punto de vista como filósofo y no político, destacando la importancia de programas como Cartagena Piensa como instrumentos para fortalecer la democracia. Distinguió tres epígrafes relacionados con la regeneración democrática, como opuesta al deterioro de la vida pública: uno moral, otro político y otro ideológico, que concurren en alimentar el fenómeno que se ha convenido en llamar desafección ciudadana.
En este sentido subrayó la importancia de las leyes, que se pueden cambiar en democracia, y también trató el tema de la llamada"clase política" que se utiliza como chivo expiatorio pero que ese reproche social no se dirige en igual medida contra los "corruptores", los intereses organizados que provocan los casos de corrupción política. También defendió el sentido de la democracia representativa, que no se opone a otras formas de participación democrática.
Acabó su intervención dejando planteada la gran pregunta de hasta qué punto es compatible capitalismo y democracia, que dio paso a un coloquio público donde se continuó hablando de democracia participativa, de si es preciso reformar o hacer una nueva constitución, entre otras cuestiones.