Puerto de Culturas restaura 358 piezas que reflejan 2000 años de historia del Barrio del Foro

Los objetos restaurados forman parte de la selección de piezas a exponer en un futuro centro de interpretación y que contarán la historia del Molinete desde los siglos XIX-XX, hasta el siglo III a.C.

El proyecto de excavación, restauración y puesta en valor del Foro Romano, financiado por la Fundación Repsol, promovido por el Ayuntamiento de Cartagena y gestionado por Cartagena Puerto de Culturas, sigue avanzando en sus fases III y IV, cuya ejecución se está realizando de forma conjunta y cuya culminación será el edificio que albergue la colección museográfica, en el que se explicará la evolución de la colina a través de sus 2000 años de historia.

La alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, y el vicepresidente de la Fundación Repsol, Ignacio Egea, han visitado hoy martes el almacén en el que se trabaja en la restauración de las piezas encontradas en este yacimiento, en el que han conocido las piezas más importantes de boca de los directores de la excavación, José Miguel Noguera y María José Madrid, y de la directora del equipo de restauración, Izaskun Martínez.

Unos trabajos que suponen un gran avance en la puesta en valor del Barrio del Foro Romano, “joya de la corona en cuanto al patrimonio arqueológico se refiere”, ha calificado la alcaldesa, que ha agradecido la labor de la Fundación Repsol y del equipo de trabajo de Puerto de Culturas. Unas piezas que vienen a demostrar la riqueza patrimonial que hay en el municipio municipio y “lo muchísimo que va a dar que hablar el Barrio del Foro”.

El equipo técnico, ha revisado toda la colección resultante de las intervenciones arqueológicas llevadas a cabo en el Molinete desde los años 70 del siglo XX hasta la actualidad, seleccionando un conjunto de 358 piezas agrupadas en 9 hitos históricos que plasman la evolución de la colina.

A lo largo de 7 meses un equipo de 5 restauradores dirigidos por Martínez, han acometido intervenciones en estos objetos de diversa naturaleza inorgánica como son la cerámica, metales, vidrio, mármoles y pinturas murales, así como orgánica como son hueso y madera.

El fin último de estos trabajos conservativos ha sido devolverle la estabilidad material y frenar los procesos de deterioro que ponen en peligro la perdurabilidad de los objetos arqueológicos si no se actúa con cierta celeridad.

La idea es acoger este material en una secuencia histórica en la que se realizará el recorrido museográfico, organizado en tres plantas del edificio, partiendo de los siglos XIX-XX, para ir descendiendo a lo largo de la historia hasta llegar al siglo III a.C.

CERÁMICA Y ARTESANÍA DEL SIGLO IV AL XX

Las piezas objeto de restauración que explicarían la evolución de la colina han sido, 27 objetos asociados a los siglos XIX-XX, donde encontramos piezas de vajilla doméstica, pipas de fumar, juegos y objetos relacionados con la salud e higiene de las gentes que daban vida al Molinete.

A época moderna corresponde un repertorio material compuesto por 25 piezas en las que encontramos la vajilla propia de las viviendas de los siglos XVI al XVIII, con piezas importadas desde diferentes puntos de la geografía peninsular, así como resultantes del comercio con las Américas.

Un conjunto de 55 piezas de diferente naturaleza demuestran la existencia de un barrio artesanal, situado fuera del recinto amurallado de la ciudad de los siglos VI-VII.

Esta población mantiene las tradiciones de las familias que se establecieron en la zona en el siglo V, con 18 piezas que refieren a sus oficios, la vajilla doméstica y objetos propios del vestido y adorno personal.

CUADROS, ESCULTURA Y BRONCE DE ÉPOCA ROMANA

El conjunto material más amplio lo constituyen 91 piezas correspondientes a los siglos III-IV, momento en el que se produce el abandono de los grandes edificios de época altoimperial –termas, Edificio del Atrio, santuario de Isis, foro…-.

A este período corresponden los cuadros de dos Musas de formato mediano, Terpsícore y Kalíope, y Apolo, además del texto de la reforma del Edificio del Atrio en época del emperador Heliogábalo que permite datar las piezas. Además se ha encontrado vajilla doméstica, envases para comercio y almacenaje de vino, aceite y otros productos del área mediterránea, lucernas, objetos relacionados con el aseo, el vestido y el adorno personal, herramientas para el trabajo de la tierra, las bisagras de los muebles, los estribos de las vigas, así como las monedas más representativas de esta época.

Para los siglos I-II son 119 piezas seleccionadas, momento en el que están a pleno rendimiento los edificios del Barrio del Foro Romano; se trata principalmente de elementos arquitectónicos, fragmentos escultóricos, textos escritos en piedra, objetos de bronce correspondientes a la decoración del interior de estos edificios que se acompañan con la vajilla doméstica de la época, y piezas de gran significado como una sítula relacionada con los ritos de adivinación, la reja de una ventana del Edificio del Atrio, las bisagras de las sillas plegables que usaban los senadores en la curia.

Por último, 22 piezas de uso doméstico, algunas de ellas importadas desde la zona del Mediterráneo oriental, explican la primera ocupación de la colina en los siglos III-II a.C.

TRABAJOS DE RESTAURACIÓN

Se han aplicado tratamientos de limpieza, desalación, consolidación y adhesión de fragmentos, en los objetos cerámicos lo que ha permitido recuperar total o parcialmente las múltiples tipologías. Por otro lado podemos destacar el trabajo realizado sobre las pinturas murales lo cual ha conllevado una exhaustiva investigación previa con la caracterización de morteros y pigmentos mediante analíticas así como fotografías con técnicas infrarrojas y ultravioleta. Una vez finalizada esta fase de estudio, las principales actuaciones han consistido en labores de limpieza, consolidación y traslado a un nuevo soporte que permita su exposición. Del mismo modo debemos reseñar los trabajos sobre objetos metálicos consistentes en su mayoría en bronce y hierro. En este caso la labor principal ha sido la estabilización del material con la aplicación de técnicas químicas que frenen la corrosión. De este modo se han realizado embalajes a medida con materiales inertes y control de las condiciones ambientales en cada uno de los objetos de la colección.

Paralelamente, están avanzando las excavaciones en las terrazas del Foro dirigidas por José Miguel Noguera y por M. José Madrid y que dieron comienzo el pasado mes de julio.

En la terraza superior, donde en origen se encontraría el templo dedicado probablemente al emperador divinizado, tal y como demuestran las monedas del siglo I acuñadas en Carthago Nova, se han identificado los límites de la gran plataforma en la que se asentaría el templo anterior, lo que permite conocer la cota en la que se encontraba el mismo. Sin embargo, no quedan restos conservados que podamos asociar al edificio de culto ya que está arrasado por las construcciones realizadas en la zona a partir del siglo XVI. Esto ha permitido que se excaven los rellenos constructivos de esta plataforma y conocer el sistema de construcción empleado, así como los edificios que se arrasaron intencionadamente para crear de nueva planta, este espacio público que se convierte en el elemento clave de la ciudad del siglo I y siguientes.

En la terraza inferior, las excavaciones realizadas en los últimos meses han permitido completar las escaleras de comunicación entre las dos plataformas y sobre todo, documentar la existencia de un altar o tribuna de grandes dimensiones que presidiría el conjunto, dotándolo de una gran escenografía.

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