El Centro Cultural Ramón Alonso Luzzy acogió el pasado viernes la representación del montaje teatral 'El sueño de la razón” de Antonio Buero Vallejo, dirigido por Paco Macià de la Compañía Ferroviaria, dentro de las actividades de XII Encuentro Internacional de Ciudades de la Ilustración.
'El sueño de la razón produce monstruos' es el título del grabado de la serie de 'Caprichos' del pintor Francisco de Goya que inspiró a Antonio Buero Vallejo para crear la obra teatral que toma el mismo nombre para criticar el aislamiento de la sociedad del momento, la década de 1970, cuando la estrenó, respecto a la realidad. En 'El sueño de la razón', el autor utiliza al propio pintor para realizar una metáfora de aquello que quiere denunciar a través de la sordera del artista aragonés y de las vivencias del genio de Fuendetodos junto a su amor, Leocadia, en el tramo final de su vida en Madrid en el año 1823.
La obra se sitúa en las últimas semanas de residencia de Francisco de Goya en Madrid justo antes de autoexiliarse en Francia y fijar su residencia en Burdeos, en diciembre de 1823. Son tiempos sombríos para un viejo y pesimista Goya, acosado por sus miedos, obsesiones, fantasías grotescas y contradicciones vitales. Goya escapa a través de su pintura mas oscura, 'las Pinturas Negras' plasmada en las paredes de su Quinta del Sordo, de sus propios fantasmas y de la presión absolutista, cruel, represiva y asfixiante de Fernando VII que persigue a los liberales como él.
La puesta en escena mezcló texto, pinturas plasmadas desde el juego creativo que propone el escenógrafo Ángel Haro, lenguaje gestual y se valió incluso del esperpento. La pieza incluyó pasajes en los que el publico se volvía sordo cuando Goya estaba en escena, pues no oía el dialogo de los demás personajes, o solo los sonidos alucinatorios de su mente.
LA VERSIÓN DE LA COMPAÑÍA FERROVIARIA
La Cía Ferroviaria , asume como propios los argumentos del autor de la obra, que define su puesta en escena como de "Obra Total" y proponen un espectáculo "que mezcla necesariamente varios lenguajes, todos necesarios, todos pertenecientes a la realidad vital del protagonista, Goya, que traducidos teatralmente conforman un tejido riquísimo de sensaciones para el espectador. La pieza se vale de un texto histórico, por un lado, al ahondar en la hiriente visión dual de la realidad que nos ha enfrentado de una manera fraticida a los españoles durante casi dos siglos y subjetivo, por otro, al relatar el complejo miedo que se apodera de Goya traducido en una serie de conflictos personales, sociales, políticos y metafísicos.
Esta producción de 'El sueño de la razón' se vale además de las pinturas que tienen un espacio significativo tanto en la evocación de los cuadros de Goya; del lenguaje gestual que ha llevado a los actores a aprender los primeros códigos de signos para sordos (Alfabeto Bonet); de un espacio sonoro que evoca el Universo de sonidos y conversaciones de Goya consigo mismo, expresados en el texto en un delirio sin freno y, por último, el esperpento que expresa una honda crítica social, sátira, que entra de lleno en la obra por las alucinaciones premonitorias del protagonista, en las que aparecen personajes híbridos.