Las obras de rehabilitación y restauración del Monasterio de San Ginés de la Jara avanzan según lo previsto en el cronograma elaborado por la empresa concesionaria de los trabajos y en base a los estudios previos realizados acerca del edificio para devolverlo a su estado original.
El concejal de Patrimonio Arqueológico, Ricardo Segado, y el concejal delegado de Cultura, David Martínez, han visitado este martes el lugar, donde han comprobado de primera mano el avance de las tareas junto a la coordinadora municipal de Patrimonio Arqueológico, María del Carmen Berrocal.
Durante su estancia en el edificio los ediles y la coordinadora han podido observar que el proyecto se ajusta plenamente al que se aprobó por la Dirección General de Bienes Culturales en el año 2006 y que fue aprobado por la Administración Regional en su momento.
Para ello se están siguiendo estudios realizados por el arquitecto y especialista en conventos franciscanos Francisco José Sánchez Medrano que dicen claramente cómo eran el claustro y los elementos del edificio así como información escrita de autores de los siglos XVI y XVII que hablan de cómo era el monasterio. "Ése es el monasterio que se va a recuperar", sentenciaba María del Carmen Berrocal.
La coordinadora municipal de Patrimonio Arqueológico se ha referido a la alarma causada recientemente por los cambios físicos que se han producido en la parte exterior de las obras con motivo de estos trabajos de rehabilitación y ha explicado que "en absoluto" cabe cuestionar estas actuaciones puesto que lo que se está haciendo en realidad "es recuperar el aspecto tradicional", a pesar de lo que pudiera parecer.
Esto se entiende si se tienen en cuenta las múltiples transformaciones que ha sufrido el monasterio a lo largo de su historia y el estado de ruina en el que se encontraba en las últimas décadas. El aspecto primigenio en su parte exterior, según señalaba Berrocal, tenía en época medieval y moderna un carácter defensivo. Así fue hasta el S. XIX, cuando pasó a manos privadas en virtud de la desamortización de Mendizábal y lo adquiere la familia Starico para transformarlo en una villa de descanso.
Su función originaria no era solamente sacramental, dado que se destinaba a la defensa pasiva para albergar a la gente que se cobijaba allí en situaciones de peligro, teniendo en cuenta que hubo momentos en los que las incursiones de los piratas berberiscos eran frecuentes, de ahí sus trazas fortificadas.
"El hecho de que se utilicen materiales modernos no contradice en absoluto el hecho de que se está haciendo una restauración con respeto y dignidad hacia los restos que se encuentran", ha zanjado la coordinadora municipal de Patrimonio Arqueológico.
Ricardo Segado, por su parte, indicaba que han encontrado "cambios importantes" respecto a la visita que realizaron hace unos meses. "Nos hemos llevado una grata sorpresa", afirmaba, puesto que aseguraba haberse encontrado con "un edificio ya consolidado al 70%".
Por este motivo se ha mostrado satisfecho por los resultados que se están obteniendo y ha comentado que se va "poco a poco avanzando en poder concluir el edificio".