La Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad del Monte Calvario ha celebrado este fin de semana una serie de actividades que culminaron el domingo con la tradicional Romería al Calvario, con motivo de la festividad de la Encarnación.
Entre las diversas celebraciones previstas, el sábado, 25 de marzo, hacia las 19:30 horas tuvo lugar en la parroquia de Santiago Apóstol de Santa Lucía una solemne eucaristía que contó con un besamanos a la Virgen de la Soledad del Monte Calvario. Así, la celebración litúrgica asistieron contó con la asistencia del alcalde de Cartagena, José López; el concejal del Área de Festejos, Juan Pedro Torralba; el Hermano Mayor de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad del monte Calvario, Juan Antonio Ayala.
En este acto, en el que también estuvieron presentes los hermanos mayores de las Cofradías California y del Socorro, Juan Carlos de la Cerra y Manuel Martínez, se realizó también el nombramiento de cofrades y romeros de honor.
ROMERÍA AL CALVARIO
Por otra parte, el domingo, a las 10.00 horas, partió la Romería que devolvió a Nuestra Señora de la Soledad a su ermita en el Monte Calvario, tras realizarse una Eucaristía de despedida, que comenzó a las 9.00 horas, en la Parroquia de Santiago en el barrio de Santa Lucía.
Así, la llegada de la imagen y de los romeros a lo alto del monte se produjo hacia las 12.30 horas y allí, en la explanada del Santuario, se ofició una Eucaristía de llegada.
Para la atención de los peregrinos, el entorno del Santuario permanece abierto desde las 9.00 a las 21.00 horas todos los días. Por otro lado, el templo estará abierto sábados y domingos desde las 9.00 horas a las 13.00 horas.
UNA CITA ANUAL
La romería se hace cada año para celebrar la Festividad de la Encarnación del Hijo de Dios. Dos domingos antes del 25 de marzo, la imagen de la Soledad es bajada a hombros en unas sencillas andas hasta el barrio de Santa Lucía, donde el párroco y fieles le rezan un septenario durante esa semana en la Parroquia de Santiago Apóstol.
Además, el viernes se realiza un Vía Crucis por las calles de Santa Lucía y tras estos actos de culto se vuelve a subir el domingo en romería hasta su sede, donde permanece el resto del año.
En la romería se acompaña a la Virgen durante cuatro kilómetros, primero con gran algarabía desde la parroquia de Santiago Apóstol hasta la falda del monte, donde se despiden los tambores y entonces prosigue el cortejo rezando cada una de las Estaciones del Vía Crucis y cantando la Salve, mientras se rememora la Pasión de Cristo.