Apenas comenzaban a arañar el cielo cartagenero los primeros rayos de luz del día y todo estaba ya preparado para la que iba a ser una jornada especial. No era un domingo como otro cualquiera. La Virgen de la Luz iba a ser agasajada por sus feligreses y saldría en romería como viene siendo tradición en estas fechas. Una misa en la iglesia de Tallante daba el pistoletazo de salida a un día muy especial.
Tras el culto, y después de coger fuerzas gracias a un chocolate con bollos que se repartió a la salida del templo, los cientos de romeros congregados arrancaron la ruta que les llevaría hasta la Rambla del Cañar, donde rendirían el tributo definitivo a la Madre de Dios por la que sienten especial devoción.
El trayecto transcurrió entre vítores, salves, cánticos y fuegos de artificio en honor de la Virgen, pero los momentos álgidos del recorrido habría que buscarlos en cada parada en las casas de los mayordomos y fieles devotos, momentos en los que las cuadrillas cantaban a Nuestra Señora de la Luz coplas improvisadas que mezclaban la devoción, las peticiones que solicitaban su intercesión en virtud de la salud de los feligreses, pero también se sazonaban con críticas más mundanas no exentas de un gran sentido del humor.
Tras un descanso en el Rincón de Sumiedo, frente a la ermita del apóstol Santiago, y después de recobrar fuerzas nuevamente a base de vino dulce, café, bollos y polvorones, los romeros y la Virgen enfilaron de manera directa el camino que les llevaría al paraje de El Cañar. Ahí tendría lugar el apoteosis festivo, donde toda la gente congregada compartió la misa de campaña y los cánticos de las diversas cuadrillas que hasta allí se desplazaron.
Fue un momento de hermandad al que no quiso faltar una buena parte de los miembros del Gobierno municipal. Así, se contó con la presencia del alcalde de Cartagena, José López; el concejal de Seguridad Ciudadana y Vía Pública, y presidente del Distrito 1, Francisco Aznar; el concejal de Festejos, Juan Pedro Torralba; la concejala delegada de Turismo, Obdulia Gómez; la concejala delegada de Portal y Oficina de Transparencia, María José Soler; y la concejala delegada de Hacienda, Contratación y Patrimonio, Isabel García.
En esta festividad tan especial reinó el buen ambiente entre los cartageneros de las diversas diputaciones y también con las personas foráneas que se acercaron para conocer esta tradición. Se compartió el almuerzo, trufado de productos típicos de la tierra, y se compartió también un buen arroz que servía de colofón a una hermosa jornada festiva que, no obstante, no terminaba aquí.
La Virgen de la Luz habría de volver a Tallante y, tras el último responso y después de las últimas coplas y honores a la Madre de Dios, una merienda preparada para los devotos que aún quedaban ponía el punto final a este día tan especial.