El Edificio de Laboratorios de Investigación (ELDI) de la Politécnica de Cartagena cuenta desde este verano con un nuevo espacio en plena ebullición de ideas innovadoras. Doctorandos en Energías Renovables de la UPCT están investigando bajo la dirección del profesor Salvador Gómez Lopera nanopartículas dispersas para la fabricación de células fotovoltaicas y materiales piezoeléctricos.
Para probar estas nanopartículas, el ingeniero técnico industrial José María López ha diseñado y puesto en marcha una máquina automatizada de fabricación de electrodos y contraelectrodos para células solares sensibilizadas por colorante o punto cuántico, con las que se espera alcanzar “un rendimiento de entre el 40 y el 50% de la que energía que recibe, frente al 20% que consiguen las mejores células de silicio”, explica el investigador.
También sobre nanopartículas dispersas trabaja otro doctorando, Juan Manuel Mariñoso, buscando generar energía fotovoltaica a partir de la reacción a la luz del dióxido de titanio dopado con praseodimio, una de las composiciones con las que están trabajando ahora. “El objetivo es mejorar el rendimiento de la conversión fotovoltaica y la relación coste/rendimiento”, señala el joven estudiante del programa de Máster y Doctorado en Energías Renovables de la UPCT que, entre otros métodos, está utilizando difracción de rayos X para la caracterización a nivel atómico de la estructura cristalográfica de estos nuevos materiales mediante técnicas complejas de cálculo computacional."
En el laboratorio de Nanoparticulas y Dispersiones ha comenzado igualmente a investigar un alumno con una formación previa bien distinta. El arquitecto Alejandro Albero está sintetizando nanopartículas de zinc y óxido de zinc para su empleo en la fabricación de electrodos, almacenamiento de energía eléctrica (baterías) y colectores piezoeléctricos de producción de energía eléctrica. Estos materiales servirán para fabricar dispositivos con aplicación en edificios, como láminas flexibles acopladas a puertas y ventanas que producirán electricidad por presión en la superficie del dispositivo aprovechando el efecto piezoeléctrico, que se manifiesta al ejercer sobre el material una fuerza mecánica que orienta las moléculas del mismo polarizando su superficie. Estos dispositivos funcionarán accionados por los usuarios del edificio durante su actividad cotidiana.