La Consejería de Educación, Cultura y Universidades ha llevado a cabo, a lo largo de los últimos siete meses, el proceso de restauración de la imagen de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, obra realizada por el escultor murciano Juan González Moreno en 1940. La talla, en cuya recuperación se han invertido un total de 20.000 euros, pertenece a la Agrupación de los Estudiantes de la Cofradía Marraja de Cartagena y es una de las de mayor devoción en la ciudad portuaria.
La directora general de Bienes Culturales, María Comas, presidió hoy la entrega de la imagen a la Agrupación de los Estudiantes en un acto en el que estuvieron presentes la concejal de Cultura del Ayuntamiento de Cartagena, María Rosario Montero y el vicario de zona de Cartagena y párroco de la iglesia de Santa María de Gracia, José Abellán, así como el presidente y el capillero de la Asociación Piadosa de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli, Ángel Carrillo y Francisco Martínez Riera.
Durante el acto, la directora general de Bienes Culturales destacó la labor del Centro de Conservación de la Consejería de Cultura. "Una de nuestras preocupaciones es la conservación y la restauración del patrimonio de la Región, y en este caso, además, el proceso ha servido para recuperar aspectos y detalles de la talla original que habían desaparecido con anteriores intervenciones y que han enriquecido la obra", señaló María Comas.
La intervención, en la que se han empleado técnicas de última generación para detectar daños en la talla, como la fotografía con luz visible, fotografía con luz ultravioleta, macrofotografía, estudio radiográfico o estudio endóscopico, ha sido compleja, profunda y extensa, y gracias a ella se han recuperado detalles originales que habían permanecido ocultos hasta ahora, como unos tonos verdosos aplicados en el cuello para enfatizar las rozaduras de la cuerda o la policromía primitiva de las manos, que ha permitido redescubrir las venas pintadas por el escultor.
Tras el análisis de los daños que presentaba la talla, se procedió a una intervención integral que incluyó una limpieza físico-química, el tratamiento de las grietas o la reintegración cromática, con una particular atención a la zona de los pies, ya que uno de los días grandes de esta talla es un tradicional besapie que se celebra cada primer viernes de marzo. Además, se aplicó un nuevo color sobre el torso, brazos y estructura de devanadera para darle un aspecto similar al que tenía en el momento de su creación, en 1940, antes de proceder a aplicar un barnizado de protección y al montaje final de los elementos.