Dos trabajos fin de grado presentados por estudiantes de agrónomos de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT) señalan la necesidad de apostar por especies de árboles con alta eficiencia en el secuestro de CO2, como la especie Populus nigra. El estudio, que se ha realizado en base a la vegetación urbana de la ciudad de Cartagena, indica que tan sólo los 113 Populus nigra plantados en la Alameda de San Antón —compuesta en total por algo más de 400 árboles de diversas especies botánicas, algunas de ellas más eficientes que la Populus nigra— están secuestrando en torno a 1 tonelada anual de CO2, lo que supone una capacidad de captación del dióxido de carbono que emiten algo más de 9.000 vehículos al año. Esta especie, añaden las tesinas, también proporciona un excelente filtro de radiación ultravioleta y una buena reducción del ruido.
Según los proyectos que han presentado los alumnos José Tomás Gallego y Consuelo Hernández, y que han sido calificados con sobresaliente, defienden que los árboles en las ciudades pueden mitigar los efectos adversos asociados al cambio climático y las actividades contaminantes. Del mismo modo, el diseño, la selección de especies y la gestión adecuada de los espacios verdes urbanos puede contribuir a aumentar los beneficios ambientales de la vegetación. Tanto una acertada selección de especies como un adecuado mantenimiento son la clave del éxito para mejorar la calidad ambiental y el confort de las ciudades.
Los trabajos, dirigidos por el profesor Jesús Ochoa, también analizan otro de los beneficios de la vegetación en las ciudades como es la regulación microclimática. A este respecto, el estudio de la UPCT destaca la disminución del confort térmico en la recientemente remodelada Plaza de San Francisco de Cartagena. Ello se atribuye a la importante disminución de la vegetación y arbolado previamente a su remodelación y comparado tanto con épocas anteriores en las que la plaza contaba con una mayor abundancia de vegetación como con otras plazas de la ciudad donde la vegetación está más presente y por tanto son más eficientes y más habitables. Y es que según algunos estudios recientes citados en el proyecto, “la temperatura de una calle con vegetación y árboles de tamaño regular y otra sin vegetación puede variar de 2 a 4 grados".