Cartagena celebró ayer lunes una de sus bodas más populares y que ha marcado uno de los grandes momentos de nuestra historia, la del general cartaginés Aníbal y la princesa Himilce. Ambos se dieron el sí quiero anoche en esta edición de 25 años de Carthagineses y Romanos, y celebrando así uno de los actos que más público atrae.
La explanada del puerto fue el escenario escogido para la boda que, pese a la amenaza de lluvia, pudo llevarse a cabo finalmente y unir a esta pareja, aunque, eso sí, bajo un manto de truenos y relámpagos que parecía invocar a los mismos ancestrales dioses.
El enlace nupcial comenzó con un homenaje a los festeros que han participado años atrás, desde 1990, en este acto ya tradicional de las fiestas. Medio centenar de antiguos personas, que en su día interpretaron al general Aníbal y a la princesa Himilce, se subieron a este escenario para recibir el aplauso del público y un pequeño obsequio de recuerdo con motivo de estos 25 años.
Drama, amor y política se unieron en este espectáculo en el que los jóvenes amantes se desposaron al mismo tiempo en el que se llevaba a cabo la alianza entre íberos y cartagineses. Un grupo de gladiadores y bailarinas marcaban el ritmo de este acto con sus pasos y piruetas.
Alrededor de 3 mil personas no se quisieron perder esta boda carthaginesa entre Aníbal e Himilce, al igual que el presidente de la Comunidad, Alberto Garre, el presidente de la Asamblea Regional, Francisco Celdrán, la alcaldesa, Pilar Barreiro, y los ediles de Festejos, Florentina García, Seguridad, Mariano García, Empleo, Joaquín Segado, y Mujer, Clara Heredia.
Después de las nupcias, y ya en el Campamento, la fiesta continuó en las casetas de las tropas. Medio centenar de parejas también se dieron el sí quiero con el rito cartaginés, sumándose a las bodas del general y la princesa.