“El tranvía es una solución integral a los problemas de saturación y congestión del vehículo privado en hora punta en la ciudad de Cartagena”, según las conclusiones del proyecto fin de grado de Sara Rodríguez, estudiante de la Escuela de Caminos y Minas de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT). El trabajo apuesta por esta infraestructura como alternativa al transporte convencional y desarrolla un trazado de 8,3 kilómetros por el centro urbano, la zona de mayor densidad de población y mayor número de servicios para el ciudadano. El coste estimado asciende a 55 millones de euros. La alumna propone la conexión de esta nueva infraestructura con la existente línea FEVE para dar servicio hasta el Mar Menor. También plantea una readaptación de las líneas de autobuses del casco urbano para compatibilizar los servicios del transporte público y evitar solapamientos.
El trabajo, denominado “Estudio informativo de la implantación de un tranvía en Cartagena” y dirigido por Pilar Jiménez, del grupo de investigación de Ingeniería e Infraestructura de los Transportes, plantea una línea de tranvía circular con recorrido en forma de ocho, cuyo eje común en ambos sentidos circula desde la calle Angel Bruna hasta la calle Gisbert. Su recorrido completo, tomando como punto de partida el cruce entre Paseo Alfonso XIII con la calle Capitanes Ripoll, pasa por la calle Capitanes Ripoll, Cuesta del Batel, Paseo Alfonso XII, calle Gisbert, calle Caridad, calle Serreta, calle Ángel Bruna, Jorge Juan, Paseo Alameda de San Antón, calle Real, Paseo Alfonso XII, de nuevo atraviesa el eje central, desde calle Gisbert a calle Ángel Bruna para volver al punto de partida por la Ronda Ciudad de la Unión y calle Esparta.
La estudiante, que se encuentra cursando un máster en la universidad alemana de Stuttgart, propone 15 paradas, en algunos casos aprovechando la parada existente del autobús, y en otros, en lugares donde no habría problema de espacio al dimensionar una nueva.
La línea planteada, inicialmente, se explotaría con tres unidades tranviarias con una capacidad de 188 pasajeros, que con una frecuencia de 10 minutos ofrece una capacidad máxima de 1300 viajeros por hora y sentido, según indica la directora de trabajo, Pilar Jiménez.
Una de las características principales de este proyecto es que a su paso por las calles estrechas del centro de Cartagena que configuran parte del eje central, calle Gisbert, Caridad y Serreta, plantea una alimentación del tranvía por suelo con el objeto de eliminar las infraestructuras asociadas a la catenaria por falta de espacio. De hecho, en ese tramo, la calzada sería compartida por el tranvía y el vehículo privado, no habría plataforma exclusiva, y por tanto se podría convertir en zona 30.
Entre las ventajas que propone, además del componente ecológico, el trazado proyectado puede ser flexible y adaptarse a la demanda de la ciudad, no solo con cambios en la frecuencia sino también de recorrido. Por ejemplo, en eventos como Semana Santa o la Noche de los Museos, se podría dejar sin circulación tranviaria el tramo de la calle Gisbert, Caridad y Serreta, accediendo los ciudadanos al centro de la ciudad por el resto de paradas, incluida la calle Ángel Bruna, favoreciendo a la gente a llegar a pie y no utilizar el transporte privado en días tan señalados y concurridos en la zona centro.
La estudiante ha planteado tres propuestas en su proyecto fin de grado antes de llegar a la solución descrita. La selección de la mencionada línea la ha realizado a partir de un análisis multicriterio evaluando la posibilidad de plataforma exclusiva para el tranvía en todo el trazado o en parte, la población servida, la accesibilidad de las paradas, la cercanía a puntos de singular importancia (comercial o social), la afección del tranvía al resto de tráfico, la geometría del trazado y su coste.