Los pequeños se despidieron esta semana de los talleres de los Espacios de Ocio, coordinado por la Concejalía de Atención Social, y lo hicieron como mejor saben, en escena. El perro que no sabía ladrar y El espino bondadoso son las representaciones teatrales que clausuraban estas clases extraescolares y que tenían lugar en los locales sociales de Cuatro Santos, Miranda, en el centro cívico de La Aljorra y en el colegio de La Concepción.
Eran los pequeños los que se encargaban de organizar estas obras de teatro, así han confeccionado el vestuario, la decoración, la ambientación y los personajes.
Finalizaba así esta actividad que volverá el próximo curso escolar y lo hacían con la entrega de diplomas, juegos y una fiesta de despedida hasta el mes de octubre. Un total de 60 niños han participado en estos Espacios de Ocio, con edades comprendidas entre 7 y 10 años.
Los Espacios de Ocio se crean como un lugar de relación y diversión para la infancia fuera de la jornada escolar en el lugar donde viven. Su finalidad es la de fomentar la convivencia social y la participación en el entorno, así como la relación entre sus iguales, tan importante para el desarrollo integral del niño-a. Se realizan en el tiempo libre, pero utilizando ese tiempo de forma creativa, desarrollando capacidades, favoreciendo el equilibrio personal y enriqueciendo su experiencia cotidiana.