Cartagena acogía el pasado fin de semana las Cruces de Mayo que invadían las calles del centro y de los barrios con guirnaldas, flamenco, comida, baile y, sobre todo, mucha diversión. Millares de personas, vecinos y turistas, no se quisieron perder esta celebración que inundó la ciudad de color y alegría.
Bares, asociaciones culturales y sociales, colectivos y cofradías, junto a la colaboración del Ayuntamiento, animaron a los asistentes desde el viernes hasta ayer domingo para llevar esta tradición cartagenera a cada rincón de la ciudad. Vecinos de otras localidades murcianas y de toda España tampoco faltaron a esta cita que muchos ya marcan de antemano como indispensable en sus agendas.
Así lo aseguraba esta mañana la edil de Festejos, Florentina García, al hacer un balance muy positivo de la celebración de este fin de semana. Año tras año más gente se va sumando a nuestras Cruces convirtiéndose en un fenómeno social y en una fiesta de referencia de Cartagena, resaltaba.
La concejala agradecía, además, la implicación de todos (hosteleros, cofradías, romeros y asociaciones) para crear un ambiente excepcional estos días, así como el apoyo y la comprensión de los vecinos de la zona.
Una treintena de locales y quince colectivos colocaban sus cruces el pasado viernes para acoger esta tradición. Las cofradías volvían un año más a participar en esta festividad de índole religioso. Así el Resucitado se concentraba en la calle Palas, los californios lo hacían en la del Aire y los marrajos en Jara.
Una de las novedades era la cruz instalada en el bulevar de la Alameda de San Antón, coordinada por un grupo de locales aledaños. Numerosas personas se acercaron hasta este nuevo punto de las Cruces y disfrutaban de la música y el baile.
El Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena de La Palma también se unía a esta fiesta en el casco histórico y lo hacía en la Cuesta de la Baronesa con una gran cruz como protagonista y adornada al más puro estilo cartagenero. Los romeros de San Ginés de la Jara se instalaban en la Plaza de San Francisco y ataviados con sus trajes típicos de Hermandad.
La fiesta se contagiaba a los barrios y diputaciones de Cartagena con la colaboración de los establecimientos y bares de alrededores. Así, José María de la Puerta, Pozo Estrecho, Cuatro Santos, Nueva Cartagena, Virgen de la Caridad, Santa Lucía, La Azohía, Los Nietos, Canteras, la Dársena de Santiago Apóstol, Sauces, San Antón, Torreciega y La Aljorra también se unían a las Cruces de Mayo.