Lejos de lo que se podía pensar el bolillo no ha quedado en el olvido conservándose ese encanto al pasar la sabiduría de generación en generación. De eso sabe bien Agustina Moreno, bolillera de oficio y vocación. Durante más de quince años imparte clases de este arte en Cartagena, aunque ya le ha llegado la hora de jubilarse y con nostalgia se despedía así esta mañana en su visita a la alcaldesa, Pilar Barreiro.
Aunque, eso sí, seguirá liderando como presidenta la Asociación de Encajeras de Bolillo Santa Florentina de La Palma. Y es que su vocación por el bolillo le impide dejar esta afición aunque toque jubilarse. Así tendré más tiempo para dedicarme a las actividades de este colectivo, aseguraba hoy Agustina Moreno.
Una buena parte del tiempo libre de ahora en adelante lo dedicará a sus hijos y nietos, que recibirán clases improvisadas de esta gran maestra del bolillo. Lo que ya he aprendido se lo enseñaré a mi familia y es que, a partir de este momento, voy a poner en práctica la teoría de estos últimos años para disfrutar con el bolillo, explicaba.
Brujas, Bruselas o Barcelona son algunas de las ciudades por las que ha dejado huella esta artesana, junto al resto de encajeras de bolillo de la comarca. Su participación en congresos ha permitido que este arte al estilo cartagenero se difunda por toda la geografía. Así lo aclaraba esta mañana la edil de Mujer, Clara Heredia, quien también asistía a este encuentro con la alcaldesa.
Uno de los mayores logros de Agustina Moreno es haber conseguido que este arte, el del bolillo, siga transmitiéndose de padres a hijos. Yo pertenecía a la última generación a la que habían enseñado este arte, por eso, teníamos que recuperarla o caía en el olvido, añadía la artesana.
Y lo ha conseguido. De hecho, se demuestra en el gran interés que despiertan los encuentros que desde esta Asociación se organizan, como el de principios de marzo, al que acudieron 450 personas de diferentes partes de España.