Cuando un libro gusta de verdad es difícil no sentirse tentado a leer las últimas páginas para saber cómo se desata el nudo de esa historia. Pero en los de Javier Cercas no hay trampa que valga y es que sus novelas, como la de Las Leyes de la Frontera, son antipoliciacas, el enigma de quién ha matado a quién nunca se resuelve. Los jóvenes cartageneros tendrán que comerse la cabeza para responder al interrogante de esta trama, ya que esta obra es una de las nominadas para ganar el Premio Mandarache.
El escritor visita estos días Cartagena por segunda vez, la última fue hace poco más de diez años, para reunirse con centenares de lectores que se encargarán de elegir la novela ganadora. Se trata del único autor que faltaba en participar en estos tradicionales encuentros que se realizan a lo largo del año escolar.
Ayer presentaba su novela en la sede de la Fundación Cajamurcia en Cartagena ante la mirada atenta de centenares de universitarios, miembros de clubes de lectura de mayores y público en general. Hoy los alumnos del IES San Isidoro eran los más madrugadores que recibían al escritor. Más tarde, 600 estudiantes de Secundaria se encontraban con Javier Cercas en el Paraninfo de la UPCT.
Las Leyes de la Frontera relata la historia del adolescente Ignacio Cañas, en el año 78, cuya vida cambia por completo cuando conoce al Zarco y Tere, dos jóvenes delincuentes de su edad. Treinta años más tarde, un escritor decide contar la historia del Zarco y lo que acaba encontrando no es la verdad concreta del personaje sino una que nos atañe a todos.
Con esta obra, se retrata esa sociedad de los años 80 que se encontraba inmersa entre el temor y la esperanza de aquel momento marcado por el fin de la dictadura y la incógnita del futuro, explicaba esta mañana el escritor en la presentación a la que también asistía la concejala de Juventud, Ruth Collado. También se trata el mito universal del joven delincuente, que aún sigue existiendo estos días.
LA ADOLESCENCIA RETRATADA
Es la primera vez que Javier Cercas escribe una novela sobre adolescentes en la que se tiene que poner en la piel de estos chavales. Su experiencia como padre le ha ayudado mucho, aunque reconoce que su adolescencia también le ha inspirado, una época que califica ahora como catastrófica. Es una etapa muy decisiva, en la que las emociones son contradictorias y todo lo vives de forma muy intensa, confesaba el escritor.
Es en esa época, en la que uno descubre la vida en sí misma, cuando comienza el relato Javier Cercas a través del género de la novela de aprendizaje. También cuenta al lector cómo van evolucionando los personajes, aunque lo de la madurez a la que se supone que tienen que llegar, para el autor, es un cuento chino. Nadie madura, afirmaba de forma contundente y entre risas.
Precisamente son los jóvenes los que protagonizan estos encuentros con el escritor a través del Premio Mandarache. Un certamen que Javier Cercas calificaba como extraordinario. Con este tipo de iniciativas nos damos cuenta de que a los adolescentes también les atrae la literatura y que son ellos los que dotan de vida las historias que nosotros, los escritores, contamos, comentaba hoy, y es que como añadía, sin lector no hay libro.
Tras la visita en febrero de Pedro Ruiz García, que cerró los encuentros del Premio Hache, y la de Javier Cercas, los del Mandarache, se abre oficialmente el periodo de deliberación de los 4.500 jóvenes lectores que participan como jurado de estos democráticos premios literarios. En esta fase los lectores deben ultimar la lectura de los libros finalistas para poder ejercer su derecho al voto en la semana de votaciones, que será del 31 de marzo al 3 de abril.