Desde este mediodía, el cantaor flamenco cartagenero Antonio Piñana Segado tiene plaza en su ciudad natal, coincidiendo con el centenario de su nacimiento. Se trata de un espacio público situado en la barriada Santísima Trinidad, entre la calles Gabriela Mistral, Miguel Hernández y Rubén Dario, muy cerca del conservatorio profesional de Música de Cartagena.
El acto de nominación ha estado presidido por la alcaldesa, Pilar Barreiro, junto a los portavoz socialista, Caridad Rives, la concejala de Cultura e instructora del expediente de honores y distinciones, Rosario Montero, y el hijo y nieto del homenajeado, Antonio y Curro Piñana.
Además de otros concejales, también ha habido una nutrida representación de la peña flamenca Antonio Piñana, promotora del homenaje, amigos y familiares.
Según ha señalado la alcaldesa, con esta nominación, el Ayuntamiento se suma a los actos de celebración del centenario, que se han venido celebrando a lo largo de todo el año con mesas redondas, actuaciones, charlas y conferencias, en torno a la figura y el legado de este genial artista, patriarca de toda una saga.
Tras la lectura del acuerdo unánime de la Corporación del pasado 17 de septiembre por el que se aprobaba esta nominación, se ha descubierto una placa.
Curro Piñana ha sido el encargado de agadecer en nombre de la familia el homenaje que se tributaba a su abuelo, del que ha destacado su profundo amor a las cosas de Cartagena y el trabajo y la disciplina que siempre les inculcó y que son necesarios para destacar en el mundo del flamenco.
ANTONIO PIÃ'ANA SEGADO
Antonio Piñana Segado, conocido en el mundo del flamenco como Antonio Piñana padre, nació en Cartagena el 16 de enero de 1913 y falleció en 1989. Junto a Antonio Grau Dauset recuperó para la ciudad sus cantes flamencos, principalmente la Cartagenera.
A lo largo de su vida artística recibió numerosos reconocimientos. Ganó la primera lámpara minera del festival del Cante de las Minas de La Unión, en 1961; ha recibido insignias de oro de numerosas instituciones flamencas y, como legado, ha dejado grabados los dieciséis estilos que son conocidos en el mundo del flamenco como Cantes de Cartagena.