La semana pasada, los ancianos de la Residencia del Polígono Santa Ana recibieron la visita de un grupo de castañeras del Club de Mayores de Los Dolores que se trasladaron a este centro para anunciar la llegada del otoño.
Como es ya tradicional, las mujeres iban vestidas con su toquilla sobre los hombros y el pañuelo en la cabeza, mientras que los hombres con su pañuelo blanco al cuello.
Además de risas y charlas, las castañeras compartieron con los residentes dulces caseros, mientras que éstos, y en agradecimiento a su visita, les agasajaron con fragmentos de la Zarzuela Española.
Las castañeras, cuya figura se remonta al siglo XIX, eran mujeres maduras que, año tras año, buscaban un refugio donde guarecerse los meses más crudos del invierno para vender castañas a cambio de unas pocas monedas. Arropadas para soportar las bajas temperaturas volteaban, una y otra vez, las castañas crujientes y saltarinas.