El Submarino de Peral realizará el sábado, día 15 de diciembre, la que será su singladura definitiva. El prototipo del inventor cartagenero será trasladado desde su actual ubicación al aire libre en el Paseo del Muelle a su morada definitiva en el Museo Naval de Cartagena, para evitar su deterioro.
La Oficina de Tráfico de la Policía Local ha establecido durante la mañana del sábado un dispositivo de cortes de tráfico en el paseo de Alfonso XII para permitir que los trabajos de izado, montaje y traslado del submarino se realice sin contratiempos.
GRÚA DE 250 TONELADAS PARA IZAR EL SUBMARINO
Éstos se iniciarán sobre las siete de la mañana, con la instalación de una grúa en el vial de acceso a la terminal de cruceros y puerto deportivo del Club de Regatas, que estará cortado al tráfico.
Se trata de una grúa de 250 toneladas, con la que, sobre las nueve de la mañana está previsto que se ice el submarino, que tiene un peso de unas 30 toneladas y unas dimensiones de 22 metros de eslora y 2,71, de manga.
Se trata una de las operaciones más complicadas del proceso, dado el estado de corrosión que presenta el prototipo en su base. Personal de las empresas encargadas de realizar el traslado ha supervisado ya los puntos sobre los que se apoyarán las bragas de nylon que se utilizarán para evitar daños en el casco.
Para realizar esta operación y el posterior traslado al Museo Naval será necesario cortar al tráfico los dos carriles del paseo del Muelle.
60 TONELADAS Y 30 METROS DE TRANSPORTE
El sumergible será depositado en un camión dotado de una góndola especial de transporte. Con el submarino encima, el transporte llegará a pesar unas 60 toneladas, medirá 30 metros de longitud, desde la cabeza tractora hasta el final de la góndola, y tendrá una altura de cuatro metros y medio.
Se espera tener el submarino acomodado y sujeto en el transporte sobre las diez de la mañana, hora en que se iniciará su traslado a las dependencias del Museo Naval en el Arsenal Militar.
15 MINUTOS DE TRASLADO
El convoy discurrirá en contradirección y tendrá que salvar en su camino la rotonda de los Héroes de Cavite, para luego seguir recto por delante de la entrada del Museo Naval e introducirse en el Arsenal por la puerta metálica cercana la Comisión Naval de Regatas.
Se espera emplear unos 15 minutos en recorrer este tramo.
Ya dentro del Arsenal circulará por calles interiores del recinto para terminar en la nave del Museo que se ha habilitado al efecto.
La entrada del transporte a esta nave a través de un arco central por el que cabe justo, ha sido calculada milimétricamente. No obstante la operación más complicada de todas será la bajada del Submarino desde la góndola para situarlo en la cama donde quedará expuesto.
En ella se emplearán dos grúas especiales, dadas las reducidas dimesiones de la puerta de entrada y la altura de la nave, de unos diez metros.
DE CADIZ A CARTAGENA PASANDO POR LA EXPO
El que será el traslado definitivo del Submarino de Peral no será el único que ha realizado el prototipo a lo largo de su centenaria existencia.
Arrumbado durante cuarenta años desde su botadura en 1888, el sumergible fue carne de desguace en el gaditano Arsenal de la Carraca, hasta que en 1929, el almirante Mateo García de los Reyes, primer comandante del arma submarina española, logró recuperar el casco y remolcarlo por mar a Cartagena, instalándose en 1930 en tierra frente a la Base de Submarinos, tras retocarse su obra viva.
El 1 de diciembre de 1965, a petición del Ayuntamiento de Cartagena, pasó a constituirse en monumento popular en la plaza de los Héroes de Cavite, donde permaneció hasta el año 1991, en que fue cedido temporalmente al Pabellón de la Región de Murcia en la Exposición Universal de Sevilla 1992.
Tras su regreso a finales de 1992, fue colocado nuevamente en las inmediaciones de los Héroes de Cavite.
Las obras de remodelación del muelle y la apertura de la ciudad al mar , propició en agosto de 2002 el traslado del Submarino a su actual emplazamiento, entre el Museo de Arqueología Subacuática y la Cámara de Comercio.
CORROSION MARINA
Estos años de exposición al aire libre del sumergible han hecho mella en el casco y en su estructura, muy deteriorados por la corrosión marina, que incluso amenazaba con su total desaparición, llevo a la Armada y al Museo Naval a proponer su traslado a un emplazamiento que permitiera su exposición y correcta conservación.
Tras varios meses de análisis por parte de expertos, por fin el sábado se llevará a cabo este último y definitivo traslado a Museo de uno de los principales iconos de la ciudad, desde hace 47 años.