El Museo Nacional de Arqueología Subacuática, ARQUA, realizará el viernes 15 de junio un homenaje a Julio Mas (1921-2011), que fue primer director del Museo y Centro de Investigaciones Arqueológicas Submarinas, en un acto que tendrá lugar a las 19,30 horas, en el salón de actos del Museo, y al que asistirá la concejala de Cultura, Rosario Montero.
En el transcurso del homenaje, los sucesores de Mas procederán a la donación al Museo de su archivo y biblioteca personal, compuesta por 2.286 libros y más de 6.200 documentos y fotografías.
En 1972, y tras convencer de que la arqueología subacuática era una actividad profesional, creó el Centro de Investigaciones Arqueológicas Submarinas, con lo que se estableció, desde ese momento, una base normativa, unos técnicos y unas infraestructuras.
Gracias a su perseverancia, consiguió aunar voluntades. El Ministerio de Cultura puso medios humanos y económicos; la Armada cedió unas antiguas instalaciones en el Dique de Navidad y puso a su disposición personal del Centro de Buceo; el Puerto de Cartagena le cedió el antiguo lazareto; y, finalmente, el Ayuntamiento y el Museo de Arqueología se sumaron en una colaboración que posibilitó la creación del Museo y Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Submarinas, que sería el embrión del actual ARQUA.
En este proceso, Julio Mas va más allá de la simple recuperación de objetos del fondo de mar, lo que hacía necesario especialistas. Por ello, integró en sus trabajos a un grupo de jóvenes arqueólogos, especialmente de la Universidad Autónoma de Madrid, asegurando la continuidad de la institución que él creo.
El legado de Mas se completa ahora con la donación de su archivo y de su biblioteca personales al museo ARQUA. Ciento veinte archivadores, conteniendo seiscientas carpetas en las que parecen ordenados más de seis mil doscientos documentos y setecientas fotografías, constituyen una documentación irremplazable tanto para el conocimiento de la gestión de la arqueología subacuática como de la historia de la navegación a través de los numerosos yacimientos que excavó.
La donación, continuada por sus hijos, se completa con casi dos mil trescientos libros. El Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del museo ARQUA, se convierte de este modo en depositario de este patrimonio con el compromiso de ponerlo a disposición de estudiosos e investigadores.