El Ayuntamiento ha decidido dar una nueva imagen a la ciudad y, para ello, procederá a cambiar los actuales contenedores de basura por otros de nueva adquisición, de cuerpo gris, en los que solo varía el color de la tapa, con el objetivo de reducir el impacto visual que genera el excesivo colorido que se aprecia en las calles.
La sustitución de los contenedores, que llevará a cabo la empresa Lhicarsa, encargada del servicio municipal de limpieza de la vía pública, se hará de forma progresiva comenzando por el Casco Antiguo y las arterias principales del Ensanche. Más adelante también se cambiarán los de los barrios periféricos.
Se van a adquirir 1.200 contenedores nuevos en total, de los que ya se están colocando en plazas 300 unidades para basura orgánica, 100 para papel y cartón y 50 unidades para envases de plástico.