Tildado de provocador, divo, misógino, racista y epítetos por el estilo, lo que pocos ponen en duda es que Michel Houellebecq es uno de los más brillantes novelistas franceses de la actualidad. Obras como 'Las partículas elementales', 'Plataforma', 'Lanzarote' o 'La posibilidad de una isla' diseccionan con crudeza la sociedad contemporánea, y lo han hecho ser uno de los escritores franceses más reconocidos en el mundo de las letras. Ayer 21 de julio quienes se acercaran a la sección de letras del festival La Mar de Músicas de Cartagena buscando al L´enfant terrible de las letras franceses, a ese provocador que dio por muerta a su madre viva, o que comentó que “la religión más idiota es el islam. Cuando lees el Corán se te cae el alma al suelo” se encontró con un Houllebecq, acompañado por su amigo y filósofo Antonio Muñoz Ballesta, hablando del lenguaje, la filosofía, algo de política y de amor. En la charla, más que sobre la obra de Houellebecq, van apareciendo nombres como Wittgenstein, Valery, Leibniz, Marx, Heráclito, Nietzsche...
Sobre el amor Michel Houllebecq comentó que “el amor resuelve todos los problemas” y que considera “un milagro que una persona encuentre a su media naranja y que viva con ella toda su vida. El concepto de amor de Platón sigue vigente hoy día. Pese a todos los cambios de la sociedad, es fascinante que el amor siga siendo igual”. Añadió que en sus obras esta tan presente este término porque “no tengo ninguna concepción sobre el amor. Doy vueltas alrededor del tema, y siempre me sigo sorprendiendo”, aunque indicó que “amor y el sexo están muy unidos en sus pensamientos y en su literatura”. En referencia a su compañero de mesa Antonio Muñoz Ballesta comentó “los filósofos habláis mucho del amor, pero porque no tenéis tiempo para practicarlo”.
El escritor francés que a menudo se identificó como una persona optimista y muy irónico en su obra por “puro placer”, comentó que tenía muchas esperanzas en el hombre, pero “siempre que se amplíe el concepto de humanidad. Cuando abramos el concepto de reproducción y vayamos más allá de la simple reproducción del hombre”. Houllebecq añadió que tenía la impresión de “que soy un poco raro, ya que sigo teniendo un optimismo ingenuo en la ciencia, sigo creyendo en los avances, ya que la genética del hombre ha llegado a un tope y ahora tiene que haber una creación de especie no humana en breve”.
Houllebecq que en numerosas ocasiones se ha mostrado como un nostálgico de la cultura comunista (cuando fue abandonado por sus padres fue criado por una de sus abuelas de ideología comunista) ayer en la conferencia que daba dentro de La Mar de Letras comentó que “el comunismo todavía no había llegado, ya que el capitalismo no se ha desarrollado totalmente en las sociedades avanzadas” poniendo el ejemplo de España y Francia donde todavía quedan bastantes zonas dedicadas a la agricultura. Además dio algunos consejos como “que nadie se adhiera a ninguna idea política, y que si lo hace, que la abandonara enseguida”. El escritor francés concluyó su charla con un “soy un poco raro, pero así soy yo”.
El escritor francés nació en 1.958 en la isla francesa de Reunión. Publicó su primera novela, Ampliación del campo de batalla, en 1.994, y su segunda obra, Las partículas elementales, en el 98. Esta novela le dio reconocimiento y fama internacional, convirtiéndose en un fenómeno literario y esocial. El libro vendió en Francia más de 350.000 ejemplares y se publicó en más de 30 países. En 1.999 publicó Renacimiento, una colección de poesía y en el 2001 Plataforma, que ha sido adaptada al teatro. Lanzarote y otros textos, La revolución fría, o un ensayo sobre Lovecraft, son otras obras suyas. La posibilidad de una isla, su última novela, es un nuevo éxito literario del mismo alcance que Las partículas elementales, que obtuvo el Prix Interallié 2005. Es también director de cine; el 10 de septiembre se inaugurará en las pantallas francesas su última película. La mayor parte de su obra ha sido publicada en España por Anagrama y Alfagura.