Nacida en Israel, criada en Holanda y afincada en Francia, Keren Ann es una cantante y compositora que merece la pena ser descubierta por el público español. Sus canciones se han comparado a las de Françoise Hardy, Nico, Suzanne Vega, Serge Gainsbourg, Rufus Wainwright o Carla Bruni, pero su manera de mezclar un nuevo folk intimista, la chanson francesa y los sonidos contemporáneos la diferencian de estos monstruos. Muy ligada a Benjamín Biolay, compuso con él sus dos primeros discos, y colaboró con sus creaciones en el triunfal retorno del tristemente fallecido Henri Salvador. La guitarra es primordial en cada tema de Keren Ann, cuya voz a veces intenta seguir el ritmo de sus cuerdas y en otras discrepa con el tono luminoso de los instrumentos. He ahí el juego de esta cantautora, situada en el punto medio entre la más sofocante angustia y el optimismo de un nuevo romance. La cantautora holandesa afincada en Francia ha hecho propio el gusto por la chanson y por las melodías de la tradición gala. A su característico toque dulzón, le ha agregado un exquisito aire de melancolía. El concierto de Keren Ann el próximo miércoles 16 de julio en el Patio de Armas del Cuartel de Artillería, a las 23:00 horas. Las entradas, 15 Euros. Si hubiese lluvia, el concierto pasaría a celebrarse en el Nuevo Teatro Circo de Cartagena.
Su último disco, el quinto de su carrera, firmado sencillamente con su nombre, Keren Ann, se publicaba esta primavera. Dos meses después de haber sido nominada por el anterior, Nolita, a dos categorías en los Victoires de la Musique: al Mejor Álbum de Rock y a la Mejor Cantante Femenina. Un estupendo saldo para esta cantante nacida en Cesarea, Israel, en 1974, de madre holandesa-javanesa y padre ruso-israelí. La llevaron a vivir a París a los once años. Y allí aprendió a tocar a la guitarra canciones de Joni Mitchell y Serge Gainsbourg. Toca también la armónica y el clarinete. Y graba sus discos indistintamente en francés e en inglés. Generacionalmente, Ann podría equivaler a solistas como Cibelle, Nina Miranda, Bebel Gilberto o Ana Laan. Y estilísticamente, además, la comparan con Beth Gibbons, de Portishead, aunque su baza es dar pinceladas de una electrónica exquisitamente conmovedora, con toques de jazz, folk, pop francés y Bob Dylan, Chet Baker o Suzanne Vega, a la que teloneó de puro fan.
Su biografía se cruza muy pronto con otra de las luminarias de la Francia más cool: Benjamin Biolay. Con él llegó a formar un dúo, Shelby, y a publicar un par de sencillos. Pero, como le había ocurrido con su banda anterior durante tres años, KAB (Keren Ann Band), si esperaba un poco de repercusión aún habrían de esperar a su debut en solitario. Llegó pronto, en 2000, y fue nominada en los Victoires como Mejor Artista Revelación, Mejor Disco Revelación y Mejor Canción del Año. Se tituló La Biographie de Luka Philipsen, y en él se incluyó entre otras delicatessen Jardin d’Hiver. Coescrita con Biolay, fue uno de los temas de Chambre Avec Vue, el regreso a la carretera del crooner más elegante del siglo veinte francés: Henri Salvador.
Su segundo disco, La Disparition, salió al año siguiente coescrito junto a Benjamin Biolay, quien también lo produjo. Emilie Chedid firmó los vídeos de dos de los temas, Ailleurs y Au coin du monde. A finales de 2003, Blue Note editó su cuarto álbum, Not Going Anywhere, y en él, con la intención de consolidarse en el mercado anglosajón, recupera algunas canciones del anterior y las canta en inglés, como Surannée, rebautizada como Seventeen. El barrio de Manhattan donde se alojó en la ciudad estadounidense mientras grabó su cuarto disco le dio título: Nolita, situado en el sur de Manhattan, entre el Soho y el Lower East Side. Una zona bulliciosa al norte de Little Italy donde su población era mayoritariamente de procedencia italoamericana. Tras esta etapa conoció al músico y productor islandés Barði Jóhannsson, líder de la banda Bang Gang, con el que ha grabado dos álbumes. Juntos firmaron un disco de culto denominado Lady & Bird. Actualmente su canción Lay your Head Down se escucha en el anuncio de H&M.
LA MAR DE CINE
La question humaine
Dirección: Nicolas Klotz.
2007. Francia. Duración: 127 minutos. Guión: Elisabeth Perceval. Producción: Sophie Dulac Productions Fotografía: Josée Deshaies Música: Syd Matters Intérpretes: Mathieu Amalric, Michael Lonsdale, Laetitia Spigarelli, Jean-Pierre Kalfon, Valérie Dréville, Edith Scob, Lou Castel, Delphine Chulliot.
SINOPSIS
Simon tiene cuarenta años, es psicólogo en el departamento de recursos humanos de SC Farb, un complejo petroquímico que es la filial en Francia de una gran multinacional alemana. Su trabajo consiste fundamentalmente en entrevistar a posibles trabajadores hasta el día que recibe un encargo especial. Karl Rose, codirector de la empresa junto a Mathias Just, le pide que haga una evaluación psiquiátrica de este último. Simon se ve atrapado entre sus dos jefes e intenta desde su objetividad profesional cumplir el encargo de la forma más aséptica posible. Pero ante Just no es posible permanecer al margen: esa mente es el horror de la noche más negra y está poblada de fantasmas.
El director
Desde que comenzó su carrera cinematográfica, Nicolas Klotz ha dirigido varios documentales musicales, como Chants de sable et d'etoiles (1996), y los largometrajes La nuit Bengali (1988) and La nuit sacree (1993). Ha dirigido además varias obras de teatro y videos monográficos sobre músicos como Brad Mehldau, James Carter, Robert Wyatt y Ravi Shankar. En 2004, fundó la productora Petits et Grands Oiseaux con la guionista Elisabeth Perceval. La Question Humaine es el título que cierra una trilogía junto con Paria (2000), Premio Especial del Jurado en el Festival de San Sebastián, y La Blessure (2004).