Quedan en el tintero buena parte de las promesas municipales del año pasado. El actual equipo de Gobierno local (PP, Ciudadanos y no adscritos) adquirió el compromiso a principio de 2021 de que a lo largo del mismo el encargo del proyecto arquitectónico de rehabilitación de la Casa Rubio de El Algar sería una realidad. Fuentes de la Asociación de Vecinos del pueblo aseguran sin embargo al Partido Cantonal de Cartagena que nada saben al respecto casi catorce meses después del anuncio. Un retraso que sólo significa el enésimo revés a una retahíla de promesas que alarga la ansiada culminación de la restauración del edificio durante casi veinte años.
En 2002, el Ayuntamiento de Cartagena acababa la reparación de la fachada y todos los elementos ornamentales del emblemático inmueble. De forma más reciente, el anterior concejal de Descentralización Ciudadana y actual de Seguridad Ciudadana y Vía Pública, Juan Pedro Torralba, junto al concejal de Cultura, David Martínez, y el entonces concejal del Área de Patrimonio Arqueológico, Ricardo Segado, los dos primeros del PSOE antes y ahora no adscritos y el tercero de MC, anunciaron la recuperación completa del interior del inmueble en 2015. Los ediles incluso hablaron de futuros usos para el mismo como el traslado hasta allí de la oficina de la OMITA, la asistencia social, las dependencias del cuartelillo de la Policía Local, una biblioteca o incluso la sede de las diferentes asociaciones culturales y deportivas de El Algar. Aquel equipo de Gobierno municipal de MC/PSOE, con José López como alcalde, también publicó una primera partida de 30.000 euros en los presupuestos de 2016 que en ningún momento llegó a concreción alguna en las cuentas municipales de ese año.
Ya en diciembre de 2017, sólo con el PSOE en la alcaldía, tendría lugar la firma de un convenio entre la Administración local y la UPCT que recogía la elaboración de un informe sobre la intervención arquitectónica que precisa la histórica construcción ecléctica. La institución universitaria entregó este estudio casi tres años más tarde en 2020. Y cuando el Ayuntamiento ya no tiene más excusas para la puesta en marcha de las obras, el proyecto sigue sin una fecha de inicio para desesperación de los algareños.