De espaldas a la población cartagenera y al principal de sus símbolos. Mientras el presidente de la Comunidad Autónoma, Fernando López Miras, hace encaje de bolillos con trásfugas de diferente signo político, tanto de Ciudadanos como de VOX, con la única finalidad de su permanencia al frente del Gobierno Regional, olvida promesas emblemáticas como la asignación en los presupuestos regionales de una ayuda para la restauración de la Basílica de la Caridad.
El hermano mayor del Santo y Real Hospital de Caridad, José Vera, aprovecha cualquier acto de los diferentes colectivos e instituciones que colaboran en la reforma del templo como recordatorio de que el máximo dirigente autonómico prometió una partida hace ahora un año que sufrague en parte la intervención arquitectónica. La obra tiene un montante total de 3,8 millones de euros. Esta organización benéfica, que gestiona la residencia de ancianos de los Pinos y la conservación de la iglesia de la Patrona de Cartagena, firmó un crédito por la mitad de esta cuantía que paga según las cláusulas establecidas. Aun quedan 2 millones de euros que garanticen la conclusión de la restauración. Las donaciones privadas y aportaciones públicas resultan así fundamentales en esta tarea.
El arreglo de la iglesia neoclásica, del siglo XVIII, comenzó en 2018 por el edificio anexo. Pero ya sería en 2019 cuando llegó el momento de la reparación integral del cuerpo central de la Basílica. Entre otros trabajos, destaca la costosa recuperación de la cúpula, de desproporcionadas dimensiones respecto a la superficie del edificio, con la revisión una a una de todas las piezas exteriores de zinc y del sistema interior de contrapesos que mantiene en pie la bóveda de casi 60 toneladas. También ha culminado ya la puesta en valor de las vidrieras. Muy costosa por su mal estado y que ha supuesto varios miles de euros por unidad. En estos momentos, la principal preocupación pasa por el saneamiento de unas profundas humedades en la zona de la Capilla de las Ánimas.