La sala de ceremonias, en la planta baja del Palacio Consistorial, acogerá en la tarde del sábado, día 17 de noviembre, una conferencia de homenaje al alcalde Isidro Pérez San José, titulada "El Bienio reformista y la Universidad Popular", a cargo del cronista oficial de la ciudad, Francisco José Franco Fernández.
El acto con entrada libre hasta completar aforo tendrá lugar a las 19 horas y estará presidido por la alcaldesa, Ana Belén Castejón, junto a uno de los hijos de Pérez San José, Bernard Pérez de Chandiard.
Durante la conferencia, Franco Fernández, biógrafo del personaje, destacará el talante y trayectoria de este alcalde, artífice entre otras de la creación de la Universidad Popular durante la II República.
Nacido en Cartagena en 1902, en el seno de una familia modesta, estudió Medicina en Barcelona, licenciándose a los 22 años y ejerciendo la misma en su ciudad natal, donde se alineó con las políticas reformistas impulsadas por los también doctores cartageneros Manuel Mas Gilabert, Luis Calandre, Antonio Ros y Casimiro Bonmatí.
Fue elegido concejal en 1931 y formó parte de sucesivas comisiones económicas orientadas a la lucha contra el desempleo provocado por la crisis de 1929.
En 1932 fue nombrado alcalde de Cartagena, siendo lo más relevante de su mandato la organización de los actos de conmemoración del primer aniversario de la proclamación de la II República, que fueron celebrados en abril y contaron con la presencia de Niceto Alcalá Zamora, Indalecio Prieto y Marcelino Domingo.
El paso por la ciudad de este último supuso el impulso definitivo a la gran obra cultural y educativa de Carmen Conde y Antonio Oliver, la Universidad Popular, que se puso en marcha durante su mandato.
Los otros retos de su tarea política fueron el inicio de la construcción del canal del Taibilla (como presidente de la Comisión Pro Aguas), la culminación del proyecto de las Casas Baratas y la articulación de una mayoría republicana estable a nivel municipal.
En 1936, al estallar la guerra, ya alejado un tanto de la vida política local, decidió enrolarse en el llamado Socorro Rojo, donde sirvió como médico en Valencia y Cartagena hasta la primavera de 1939.
Finalizada la contienda embarcó como tantos otros rumbo a Bizerta, lugar donde pasó múltiples calamidades hasta que pudo instalarse como médico en Túnez, donde murió en 1977.