Un pequeño portón que simula letras esculpidas en piedra destaca entre las zapaterías que tradicionalmente encuentran los transeúntes cuando pasean por la calle San Fernando. Lo que anuncia ese letrero de Tapería El Revellín es un nuevo proyecto de negocio culinario que ha llegado a Cartagena de la mano de José Luis Cerrolaza, con el asesoramiento de la Agencia de Desarrollo Local y Empleo (ADLE) del Ayuntamiento.
Este riojano afincado en nuestra ciudad llevaba diez años soñando, junto a su mujer, con la idea de montar su propia tapería en la que aunar la cocina de su tierra con la de aquí. El momento ha llegado, y en la víspera de Reyes abrió sus puertas para acercar su cocina de cuchara a los cartageneros.
Sin la Agencia de Desarrollo Local y Empleo, este proyecto no hubiera tenido luz. Han estado siempre a mi lado, apoyándome...Ha sido casi como un parto, comenta entre risas José Luis, nueve meses de documentación, negociación, asesoramiento de planteamiento técnico, marketing y en general ayuda de todo tipo. Además, el dueño añade que en colaboración con la ADLE, también ha recibido un microcrédito de ayuda a emprendedores por parte de La Caixa.
Nada más entrar a esta tapería nos encontramos ante un desfile de barra y sillas, a un lado, y de barra y cocina, al otro. Ese es nuestro punto fuerte: que la cocina es casera y se guisa delante del cliente. Aquí no hay trampa ni cartón, la gente ve que lo que le estamos cocinando. José Luis afirma que el boca a boca le está funcionando muy bien, mejor de lo que en principio pensábamos, y a la gente que vienen le gusta lo que le damos y repiten.
Paredes cuidadosamente decoradas, con escenas que dejan entrever monumentos y escenarios a caballo entre la Rioja y Cartagena, acompañan al cliente, al igual que hay un espacio para un texto que aclara el sentido del nombre del bar, ya que no se trata de algo arbitrario sino que las murallas del Revellín son los restos de las fortificaciones que tuvo la ciudad de Logroño, de las que se conserva la puerta a la que homenajea el establecimiento.
Dentro de su carta encontramos tapa y caña por 1,50 euros y, la que es su especialidad, las cazuelas típicas de ambas regiones. No tenemos el típico menú del día, sino que hay un primer plato de cuchara como callos con garbanzos, alubias pintas con panceta o lentejas estofadas. Con bebida y pan sale por 3,50 euros, por lo que es súper asequible.
Animo a la gente a que emprenda, que vayan a la agencia y se informen de las ayudas que dan, y sobre todo que se acerquen a esta hermosa calle que es San Fernando y que estoy seguro de que está resurgiendo.