No cabía ni un alfiler anoche en las gradas del Estadio Municipal Cartagonova que registró un lleno absoluto de aficionados. En un ambiente familiar y festivo se disputó este encuentro clasificatorio para el Europeo de 2015 y que enfrentó a la selección española Sub-21 y al combinado húngaro.
Minutos antes de que los jugadores saltasen al terreno de juego, el popular Manolo el del Bombo salió al césped para animar a las miles de personas que se agolpaban en las gradas. Muchos chavales portaban pancartas en las que pedían las camisetas de los jugadores favoritos de La Rojita como Morata o Muniaín.
Tampoco faltaron las autoridades, pudiéndose ver en el palco al portavoz del Equipo de Gobierno, José Cabezos, y a los concejales de Deportes, Diego Ortega; Festejos, Florentina García; y Descentralización, Nicolás Ãngel Bernal.
Tras los himnos y las rigurosas fotografías de los equipos titulares, el árbitro checo Miroslav Zelinka pitaba el inicio de este encuentro en el que los pupilos de Lopetegui se adelantaron en el minuto 8 del partido con un tanto de Morata.
El reloj corría y la intensidad del partido fue decayendo con una defensa húngara muy encerrada. Cartagena y los aficionados fueron un talismán para la selección Sub-21 que al final se hizo con los tres puntos tras su paso por la ciudad, derrotando por la mínima a la selección húngara.