La importancia de este edificio, construido a principios del siglo XX, radica no sólo en su arquitectura sino también por el modo en que ésta se inserta dentro del diseño urbano, ya que forma parte del Conjunto Histórico de la ciudad.
El Gran Hotel es un monumento destacado en el tejido monumental de Cartagena y una de las obras más representativas del modernismo internacional de la Región. El edificio consta de seis plantas. En la fachada, de piedra artificial y ladrillo rojo visto, sobresalen sus elementos ornamentales de hormigón.
Está rematado por una cúpula apuntada y dotado de varios óculos que permiten la utilización de luz natural, lo que le confiere un aspecto de esbeltez y contrarresta el predominio de líneas horizontales de la fachada.
La construcción, que se encuentra en buen estado de conservación, fue proyectada sobre restos arqueológicos romanos por el arquitecto Tomás Rico, sucedido tras su muerte por Víctor Beltrí, quien inauguró el hotel entre 1912 y 1916.