El director general Francisco Espejo apuntó que "una sola pila arrojada indebidamente puede contaminar más de 100.000 litros de agua"
El director general de Planificación, Evaluación y Control Ambiental, Francisco Espejo, presentó hoy la Campaña de recogida de pilas usadas en las procesiones de Cartagena, que se realizará por cuarto año consecutivo. Desde el año 2008 se han recogido más de dos toneladas de pilas, en su mayoría procedentes de los hachotes que portan los capirotes durante su recorrido.
Espejo destacó "la necesidad de concienciar a los ciudadanos sobre la adecuada gestión de los residuos y en especial aquellos considerados peligrosos, como es el caso de las pilas". En este sentido apuntó que "una sola pila arrojada indebidamente puede contaminar más de 100.000 litros de agua".
A partir de hoy, y durante los próximos 40 días, Cartagena contará con 5 contenedores especiales instalados en los recorridos procesionales y en los almacenes de las cofradías, para facilitar el reciclaje de las más de 12.000 pilas que se calcula que usarán los penitentes durante esta Semana Santa.
Las pilas depositadas en estos contenedores serán recogidas por la empresa Lhicarsa y transportadas al Ecoparque de Cartagena para su correcto tratamiento.
En la actualidad las cofradías cartageneras están sustituyendo las bombillas incandescentes por LED, diodos semiconductores emisores de luz que ofrecen importantes ventajas, tales como un menor consumo de energía y una vida útil más prolongada. Además las lámparas LED no requieren pilas de petaca, como las bombillas incandescentes, sino pilas tipo AAA, que son fácilmente reciclables.
Residuo peligroso
Las pilas, a pesar de su reducido tamaño, son consideradas un residuo peligroso por su alto poder contaminante. Si son arrojadas a un vertedero pueden afectar al medio ambiente por la liberación de mercurio y otros metales pesados que se incluyen entre sus componentes.
La gestión adecuada de las pilas conlleva su tratamiento en una planta de reciclaje. Allí son trituradas para obtener chatarra férrica y no férrica, papel y plástico, que posteriormente son valorizados. El polvo es sometido a distintos procesos para recuperar los metales que contiene.